Normalmente, bastan los datos para dar cuenta del éxito de un fenómeno a nivel mundial. En el caso de Strava, la red social de los deportistas que está revolucionando la actividad y el deporte al aire libre y bajo techo, también. 31 millones de usuarios en 195 países del mundo (Junio 2018), 1,3 millón de usuarios en España (Junio 2018), 25 actividades cargadas cada segundo, 15'3 millones cada semana, más de 300 teléfonos móviles y dispositivos GPS compatibles... Un no parar.

"Strava nació en 2009 -relata Greg Vermersch Country Manager de Strava en España y Francia-. Fue creada por dos amigos en la universidad: Michael Horvath y Mark Gainey. Querían recrear la camaradería y el buen ambiente que se respiraba en el equipo de remo de Harvard, en el que eran compañeros. Tras la universidad, se separaron, uno vivía en la costa Oeste des los Estados Unidos y el otro en la costa Este. Tuvieron la idea de crear un 'vestuario virtual', un lugar donde los deportistas pudieran conectar entre ellos, inspirarse y motivarse unos a otros a través de sus actividades deportivas, esfuerzos y logros. Lo llamaron Strava, que viene de la palabra sueca sträva que significa 'esforzarse'.

"El boom llegó en 2011 con las apps". "La clave es la transversalidad de Strava, es una plataforma muy transversal, aquí se reune todo el mundo. Y mucho de ese mundo es español: "El primer nivel es de Estados Unidos pero en España tiene muchísima aceptación también", cuenta Versmech.

Aún casi en pañales, a Strava le espera un futuro más que prometedor: "El potencial es enorme, es fácil, barato y está muy adaptado. Ahora queremos que pueda usarse también en gimnasios". Y, además, pasan los años y la app mantiene su independencia: "Cada año nos dicen que nos compra no sé quién, pero no hay nada. Nuestra independencia es una gran oportunidad para nosotros, tratamos igua a Suunto, Polar o Garmin, nos da igual".

Vermesch lo tiene claro: "Strava es un viaje, una experiencia divertida en la que cada uno cuenta su historia".