Simeone y Mourinho, tan similares, tan distintos. Los entrenadores de Atlético de Madrid y Chelsea, que se enfrentan en las semifinales de la Champions, comparten en gran medida su visión del fútbol, construido siempre desde la palabra equipo, pero les diferencia su carácter, sosegado y reflexivo en el caso del argentino, polémico en el caso del portugués.
Son admiradores el uno del otro, pero aún así tienen cuentas pendientes. El Cholo le ganó la final a Mou en la Copa del Rey de 2013, provocando una amarga despedida del portugués del Real Madrid, y a buen seguro que existirá ánimo de revancha en el ahora técnico del Chelsea. Las semifinales de la máxima competición continental mide a dos verdaderos líderes.
Similitudes
- Líderes. Quizás la mayor virtud de ambos técnicos es que son unos líderes tanto dentro del vestuario como fuera. Sus jugadores les siguen con fe ciega y su afición está entregada a ellos. Sus decisiones pueden ser discutidas, pero aún con ello se les respeta tanto que reciben un apoyo total.
- Gran intensidad. Los equipos del Cholo y de Mou destacan, por encima de todo, por la intensidad que ponen en el campo. Llevan los partidos al extremo físico, especialmente en defensa y en el medio del campo, pero sin renunciar al talento en sus atacantes.
- Juego veloz, rápidos contragolpes. En cuanto se roba el balón, el objetivo es buscar la meta contraria lo antes posible. Y si puede ser con un rápido contragolpe, mucho mejor. Nada de especular con toques de más en el centro del campo ni madurar en exceso la jugada.
Diferencias
- Distinto carácter. Pese a que ambos tienen un fuerte carácter, Mourinho lo exterioriza mucho más. El luso ha tenido enfrentamientos con entrenadores rivales, jugadores y todo tipo de estamentos del mundo del fútbol, UEFA incluida. Simeone lo lleva por dentro y sus ruedas de prensa no pueden ser más correctas y halagadores con su rival de turno.
- Árbitros, ignorados y protagonistas. Presionar al estamento arbitral es, para Mou, parte del partido. Tanto antes como durante o después del partido los colegiados son un peón más del juego a los que atacar o alabar según convenga. Su homónimo argentino no habla de árbitros, prefiere evitar polémicas en ese ámbito.
- El uso del banquillo. El técnico del Chelsea es un radical de las sustituciones. Se le ha visto cambiar a tres jugadores al descanso, dar entrada a un defensa por un delantero con bastantes minutos de por medio y sacar varios defensores de golpe para amarrar un resultado. No tiene miedo a equivocarse ni a rectificar su planteamiento inicial. Simeone, por el contrario, es muy conservador. Quizás sea porque las cosas le están funcionando a la perfección, o porque su profundidad de banquillo es inferior a la otros grandes equipos europeos, pero lo cierto es que el argentino hace sustituciones por lo general bastante tarde e incluso en ocasiones ni siquiera usa los tres cambios.
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