Serena Williams dio la sorpresa al caer en dieciseisavos de final de Roland Garros ante su compatriota Sofia Kenin.
La tres veces campeona del Grand Slam francés se enfadó tanto por la derrota, que no quería ni esperar a que Dominic Thiem terminara su rueda de prensa y ordenó que desalojaran la sala para que pudiera comparecer ella.
Algo que no gustó nada al tenista austriaco, que sintió que la organización le estaba faltando al respeto por atender a la petición de Williams: "Es una broma, ¿no? ¿De verdad me tengo que ir porque viene ella?", preguntaba.
Pero no era una broma. Thiem entonces se levantó y se marchó a la sala de jugadores.
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