¿Cómo se le explica a una niña de nueve años, que ha sacado la mejor puntuación en todos los aparatos de los Campeonatos de España de gimnasia artística que otra niña va a recoger su oro?

Eso es lo que le sucede a Roxana Daniela Popa, nacida en Rumania y que lleva más de dos años en España. Subió al podio en julio en la general, en la categoría benjamín, porque era modalidad open (se premia a españoles y extranjeros). Pero en aparatos no pudo ponerse las medallas que había ganado por ser extranjera. "Me sentí triste", dice con resignación y una mirada inocente Roxana.

El problema va más allá de los sentimientos de la niña ya que, "si tardan demasiado en darle la nacionalidad, querrá dejar la gimnasia, porque ve que compite y no recibe lo que merece", dice su madre, Carmen, que no para de llevar los resultados sobresalientes de su hija al dossier de nacionalidad, con la intención de acelerar el proceso.

Sobresale en todo

"Egoístamente para el país es muy importante que sea española, porque es buenísima" dice Silvia García, presidenta del Club Gimnasia Artística Pozuelo, donde se entrena. "Tiene todo el perfil de campeona: mucho talento, es ambiciosa, y física y psicológicamente sobresale que es una pasada", apunta.

Verla entrenarse es como ver a un niño jugando en un parque. Se nota que disfruta probando una y otra vez los ejercicios. "Cuando entreno me siento alegre, me divierto", dice sonriendo, mientras asegura que su sueño es ser campeona de España y de Europa. Tanto le gusta y tanto sobresale, que se entrena con niñas 11 y 12 años. "Juega a hacer gimnasia. Mira a sus compañeras e imita lo que hacen. Prueba, y todo le sale", dice orgullosa Silvia.