¿Imagina que un día lo recogen en el trabajo para presentarle a su ídolo? Eso le pasó hace unos días a cuatro niñas de entre 10 y 11 años: Roxana Popa, Marta Costa, Ana Moyano y Judith Fernández, el equipo alevín de Pozuelo (Madrid) que ganó el Campeonato de España de Gimnasia Artística. A la salida del cole, un taxi de 20 minutos las esperaba para llevarlas a un sueño, conocer a Nadia Comaneci.
Con timidez y respeto
Nadia,
"¡Podrían ser mis hijas!"
¿Cómo se siente cuando niñas tan pequeñas la miran con tanta admiración?, le preguntamos... "¡Podrían ser mis hijas! Es bonito ver que niñas que no habían nacido cuando yo competía me ven como un modelo", asegura.
Mientras las pequeñas, con un brillo especial en los ojos, nos dicen que ven vídeos de sus ejercicios y nos cuentan el por qué les gusta: "La forma de hacer su gimnasia", apunta Judith; "su carácter al competir", destaca Marta, mientras que Roxana, admira "la seguridad con que hace los ejercicio, sin tambalearse". Ella, satisfecha, sonríe ante halagos tan sinceros.
A Marta, la más alta, le recomendó que "lo básico hay que hacerlo bien desde el principio porque, si no, conforme se complican los ejercicios, todo parece más difícil". Judith le preguntó cómo controlar los nervios en la barra: "Tienes que pensar que te estás entrenando, no compitiendo, y concentrarte en la rutina que mejor te haya salido".
A Ana, que se lesionó un dedo en el colegio y que tiene miedo a la barra, le explica que "cuando se tiene miedo a una rutina o elemento, hay que volver a lo básico y dar pasos pequeños para mejorar y consolidar lo aprendido".
¿La sucesora de Nadia?
Este encuentro guardaba una historia especial. Nadia conoció a la pequeña Roxana quien, tras años destacando en la gimnasia española, este verano se pudo colgar el oro en todos los aparatos y por equipos en los Nacionales, pues ya tenía la nacionalidad española.
Durante varios años, Roxana ganaba todo, pero no podía subir al podio. Ella, como Nadia, también nació en Rumanía. Al verla, Nadia se dirige a ella en rumano, le da un cariñoso abrazo, le pregunta con quién se entrenó en Rumanía, hablan del país... Cuando se entera de que a Roxana la llaman la Comaneci española afirma que «ella debe ser la primera Roxana».
Hace dos años Marta, su madre, decía a 20 minutos que temía que dejara todo porque «ve que compite y no recibe lo que merece». Ahora ese miedo está zanjado y, como nueva Comaneci o como la primera Popa, promete trabajar duro para llegar a lo más alto.
Laureus, todo solidaridad
El encuentro de Nadia con las niñas fue gracias a la Fundación Laureus: Comaneci estvo en Madrid para conocer de cerca el proyecto que realizan juntos Laureus y Special Olympics , organización internacional que ayuda a las personas con minusvalías psíquicas a desarrollarse mediante el deporte, y de la que Nadia es vicepresidenta. Según Nadia, a estos deportistas "hay que darles oportunidades y apoyo, porque son capaces de hacer muchas cosas".
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