Real Madrid y Barcelona están obligados a aparcar el clásico de la Copa del Rey, que se saldó con la clasificación azulgrana pero tras la resurrección blanca en el Camp Nou, y recomponer filas en la reanudación de la pugna por el título de Liga.

Ambos jugarán el sábado ante dos rivales necesitados. El cuadro del portugués Jose Mourinho se medirá al colista Zaragoza y el de Pep Guardiola al Villarreal, que inesperadamente está en la zona de máximo riesgo.

El Real Madrid defiende sus cinco puntos de ventaja en el Santiago Bernabéu, donde se presenta el equipo blanco tras su buena actuación ante el Barça pese a su eliminación copera. Servirá, además, para comprobar el estado de la afición, parte de la cual silbó a Mourinho en el anterior choque.

El Zaragoza de Manolo Jiménez, único junto al Villarreal que no ha ganado fuera de casa, llega con la luz roja de alarma encendida. Tiene la salvación, que marca precisamente el 'submarino amarillo', a siete puntos, todo un mundo aunque todavía quede toda la segunda vuelta por delante.

El Barcelona se traslada a El Madrigal, donde el Villarreal se tomó un respiro el lunes con la victoria frente al Sporting. El equipo amarillo necesita encontrar regularidad en la victoria para huir del peligro y en este caso su plantilla trata de reivindicar que tiene mucho más potencial que lo que el rendimiento y la clasificación hasta ahora están mostrando.

Guardiola no podrá contar con los lesionados en el clásico Andrés Iniesta y Alexis Suárez, pero la necesidad de no fallar para no dejar escapar más al Real Madrid y con la moral reforzada por la clasificación copera son argumentos añadidos a su potencial para deshacerse del conjunto de José Francisco Molina.