Un reto: de Algeciras a Estambul... solo y en un kayak

  • Quico Taronjí quiere batir un récord: cruzar el Mediterráneo en un kayak.
  • Serán dos meses y medio, él solo y sin barco de apoyo.
  • Se trata de una aventura llena de peligros e incertidumbres.
Quico Taronjí, en el kayak en el que cruzará el Mediterráneo.
Quico Taronjí, en el kayak en el que cruzará el Mediterráneo.
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Quico Taronjí, en el kayak en el que cruzará el Mediterráneo.

Será el próximo lunes 26, a las diez y media de la mañana, en la escuela de vela del Club Marítimo de Sotogrande: el santanderino Quico Taronjí comenzará su aventura de surcar, en un kayak convencional, el Mediterráneo. Casi 4.000 kilómetros, seis países (España, Italia, Túnez, Malta, Grecia y Turquía) y casi tres meses en una embarcación de apenas seis metros cuadrados: una aventura que contará en su web y que, ahora, se apresta a explicar emocionado.

¿Por qué este viaje?

Tenía ganas de navegar en solitario, hacerlo en velero es relativamente habitual... Y quería intentar algo alternativo, pintoresco, que pudiera procurarme grandes emociones pero, al mismo tiempo, me convirtiese en una especie de vagabundo del mar. Un kayak así es para navegar por la costa, no para adentrarse en alta mar, por lo que además intentaré batir un récord del mundo en una embarcación así.

¿Cómo es, exactamente, esa embarcación?

Es costera, pero la voy a reforzar con la ayuda de un club de navegación canario, el Abisal12. Ellos me ayudarán desde tierra, y de momento han colaborado en encontrar la mejor solución para la aventura. En cuanto a la embarcación... Es un kayak trimarán, de apenas 5 metros y medio de eslora (longitud), con vela pero que también puedes impulsar a pedales y que estamos personalizando.

¿Cómo se preparó para esta aventura?

Con Martin Giaccheta, un célebre entrenador personal. Además de darme muchos consejos de preparación física, me inculcó sobre todo una fuerte preparación psicológica. Van a ser unas semanas de dormir muy poco, de soledad, muy expuesto al mar, por lo que la preparación mental será decisiva.

¿Y cómo es esa preparación mental?

Odio pasear... Y me hizo pasear seis horas al día. No me dejaba ponerme música, me obligaba a ir por ciudad, donde menos me gustaba... Todo para inculcarme una cosa: disciplina. Nada de alcohol. ¿El objetivo? Educar a la mente porque, en el mar, tienes que estar convencido de que puedes hacer cualquier cosa cuando vienen los problemas.

¿Cuáles son esos problemas?

Por ejemplo, los vientos. En el Mediterráneo las olas son muy altas, el tiempo entre ola y ola es muy corto, las embarcaciones sufren mucho y en una como ésta todavía más. No voy con barco de apoyo... Por lo que será peligroso. Además, está el sueño: tendré que dormir seis horas diarias, pero en intervalos de quince minutos. No llevo radar, así que tengo que comprobar, cada poco tiempo, que todo está bien. Todo eso te agota, te funde, y cuánto más cansado estás menos lucidez tienes y es más fácil cometer errores que, en medio del mar y tú solo, pueden ser muy peligrosos.

¿Cuánto tiempo durará el viaje?

Unos dos meses y medio. Empiezo con un cámara, pero pronto me quedaré solo y tendré que hacerlo todo yo solo. Eso ralentiza: tendré que echarme al agua constantemente, ajustar piezas, revisar que todo marche bien...

¿Dos meses y medio sin tocar tierra?

No, pararé en algunas islas para abastecerme de agua dulce. Uno de los retos es el peso: la embarcación sólo puede transportar 272 kilos, de los que 72 los peso yo solo, así que para no cargar con mucha agua dulce la rebajaré con agua de mar. Todo va pesado al gramo: la pasta de dientes, el aceite para engrasar piezas... Todo.

¿Y la comida?

Cuando esté en tierra, mucha fruta y pasta. En la embarcación, mucha miel, frutos secos, barritas energéticas o polvos de proteína. Cogeré moluscos, que se queden pegados al kayak, y plancton. Pero también necesitas masticar, y claro... Puedes pescar. La pesca será fundamental. Está en el agua, no tienes que cargar con ella, y te aporta muchas proteínas, aunque digerir proteínas obliga a tu cuerpo a consumir mucha agua.

¿Cómo cocinará ese pescado?

Con una cocina solar que me he fabricado yo mismo. Es una cazuela de plástico que, con un poco de agua dulce y el sol, termina hirviendo los alimentos. No estará muy rico... Pero me garantizará no coger anisakis y se me hará menos pesado.

¿Y para entretenerse? ¿Qué hará?

Poca cosa... No puedo cargar con nada, y tampoco con mucha electrónica, porque las baterías o las pilas pesan mucho. Sólo navegar y sobrevivir me tendrán entretenidos.

¿Cómo dormirá?

Instalaré en los brazos articulados del trimarán una camilla de salvamento de emergencia. Es plegable, pesa sólo 5 kilos y bueno... Extendida mide 1,80 metros. Suficiente.

A nivel personal... ¿Qué es lo que más le asusta?

No sé... En septiembre y octubre hay muchas tormentas eléctricas en el Mediterráneo, y yo no llevo pararayos. Quizá me despiste y, tirando las vísceras de algún pescado al mar, venga un tiburón. En el estrecho de Gibraltar hay ahora mucho atún rojo, una de las comidas favoritas de las orcas... Y no es descartable que un atún termine debajo del kayak y una orca se lo lleve todo por delante. Y luego, claro... Los barcos. Los contenedores de los mercantes, que muchos capitanes arrojan cuando el mar está mal. En el mar, cuando viajas tan expuesto... Nunca sabes cuál va ser el peligro.

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