A las puertas del cielo

Las chicas cayeron en cuartos y se quedaron a un paso de su mejor clasificación en un Mundial de Baloncesto.
Laia Palau se queja en el suelo ante el pie de una jugadora rusa.(Maurilio Cheli / EFE)
Laia Palau se queja en el suelo ante el pie de una jugadora rusa.(Maurilio Cheli / EFE)
Laia Palau se queja en el suelo ante el pie de una jugadora rusa.(Maurilio Cheli / EFE)
Ibirapuera Arena: 500 espectadores.

España (21+6+19+10) Aguilar (14), Palau (8), Valdemoro (21), Montesdeoca (4), Montañana (7) –cinco inicial–, Martínez (2), Seguí (–), Fernández (–) y Pascua (–).

Rusia (11+20+10+19) Rahmatulina (6), Korstin (14), Vodopyanova (14), Shchegoleva (12), Stepanova (14) –cinco inicial–, Arteshina (–), Demagina (–), Karpova (–)  y Abrosimova (–).

Árbitros Julien (Francia), Dolinek (República Checa) y Boltauzer (Eslovenia). Sin eliminadas.

La selección femenina de baloncesto rozó ayer las semifinales del Mundial de Brasil, lo que hubiera supuesto la mejor clasificación de su historia. Pero las chicas se encontraron enfrente a un equipo ruso que supo imponer su mayor altura bajo los tableros y que jugó con más frialdad los últimos minutos del partido, los decisivos.

Si el martes el entrenador nacional, Domingo Díaz, reconocía a 20 minutos que «Rusia tiene un 70% de posibilidades de ganar, pero nosotros, un gran corazón que puede reducir esa desventaja», el primer cuarto alimentó la esperanza. España acabó diez puntos arriba (21-11).

Defensa rusa

En el segundo cuarto, el entrenador ruso, Igor Grudin, buscó la reacción con una zona defensiva. Y le funcionó: España no anotó en 5.56 minutos y se fue al descanso perdiendo (27-31).

La garra y el esfuerzo colectivo de las españolas las mantuvo vivas hasta el final, frente a la calidad de Stepanova y Shchegoleva.

La de siempre, Valdemoro, tuvo la prórroga en una entrada a canasta a falta de diez segundos, pero esta vez falló. España luchará hoy por el quinto puesto del mundial.

Un parqué muy mojado

¡Zas! Primero, Tatiana Shchegoleva; luego, Laia Palau, y, por último, Oxana Rahmatulina sufrieron aparatosas caídas y dolorosos golpes por culpa del agua que había sobre el parqué. El partido se tuvo que parar en varias ocasiones para que entraran los limpiadores, pero nadie supo explicar si la pista, mojada, sufría por goteras en el pabellón o por el agua que vertían las jugadoras al beber, y su sudor. Además, Eva Montesdeoca se rompió una ceja en un encontronazo fortuito dentro de la zona.

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