El Quidditch de Potter se asienta en España: "Nos preguntan si volamos... ¡Claro que no!"

  • Rivas acogió este fin de semana la I Copa de España de Quidditch, el deporte que practicaba Harry Potter en los libros y las novelas.
  • Los Madrid Wolves se proclamaron vencedores.
  • El Quidditch surgió en 2005 en una universidad estadounidense y en nuestro país lleva desarrollándose desde 2012 de la mano de los Madrid Lynx.
Integrantes de los Madrid Wolves.
Integrantes de los Madrid Wolves.
C. CH.
Integrantes de los Madrid Wolves.

Itziar forma parte de esa generación de jóvenes que creció al mismo tiempo que lo hacían los protagonistas de Harry Potter.

A los 12 años, cuando leyó la primera novela, se enamoró del deporte que había creado J. K. Rowling para el mundo mágico, pero jamás imaginó que unos años más tarde terminaría practicándolo de manera seria y a nivel nacional. Y mucho menos que ganaría junto a los Madrid Wolves la Primera Copa de Muggle Quidditch de España, que acogió este fin de semana la capital.

El distrito madrileño Rivas Vaciamadrid fue el escenario elegido para que ocho equipos (tres de Galicia, dos de Madrid, dos del País Vasco y uno de Andalucía) disputaran las dos plazas que le corresponden a España en el campeonato europeo (European Quidditch Cup), que se celebrará en Italia el próximo mes de abril y que contará con la representación patria de los Madrid Wolves y los Bizkaia Boggarts -primeros y segundos respectivamente de este gran torneo a nivel nacional-.

"Lo primero que nos pregunta la gente es si volamos. Obviamente no", comenta Itziar a 20minutos entre risas y con la bufanda de los colores de Gryffindor enfundada al cuello.

Trasladar las reglas del juego original a la vida real no fue tarea fácil. Es complicado de explicar incluso para ellos. Para empezar, tres aros de diferentes alturas presiden cada extremo del campo y hacen las veces de portería. Pero aquí no hay escobas, las han sustituido por palos de PVC, un elemento indispensable que debe llevar cada uno de los siete jugadores -por equipo- que salen al terreno de juego a ganar. Correr encima de 'la escoba' mientras los rivales te neutralizan o tratas de anotar un gol supone todo un reto. Es un añadido que complica y da emoción al juego.

Todos los integrantes de los equipos conocen en mayor o menor medida las aventuras del joven mago, pero hay quienes se iniciaron en este deporte mixto por su parecido con el rugby y por los elementos que incorpora del balón prisionero y del balonmano. Lejos queda su vinculación con las novelas.

Para algunos, de hecho, esta relación le resta la seriedad que llevan reivindicando durante un tiempo: "La gente lo asocia a Harry Potter y por eso no quieren participar o no se lo toman en serio, pero en cuanto empiezas a jugar ves que es diferente".

A pesar de que son muchas las voces que piden desvincularse o desligarse de alguna manera del sello Rowling, tampoco reniegan de sus raíces. Saben que es uno de los atractivos del deporte y una vía para captar adeptos. Pero hacen hincapié en que no es un requisito indispensable ser un fan de la saga.

Ejemplo de ello es el caso del entrenador de los Madrid Wolves y uno de los tres seleccionadores de España, Miguel Vázquez, quien tuvo conocimiento del Quidditch a través de un amigo: "La primera vez pensé que eran una panda de frikis que no había hecho deporte en su vida. Me equivocaba". El Quidditch, según aclara, es un ejercicio muy "físico", muy completo y de mucho "contacto". "El rugby suele ser más dinámico, pero el hecho de que haya cuatro pelotas en movimiento repartidas por el campo con jugadores interactuando de manera simultánea lo hace más entretenido".

Quidditch y la comunidad LGTB

La coordinación es fundamental en este deporte donde predomina "el buen ambiente" y la "camaradería" que pocas veces se ve en otras competiciones deportivas. Otra de sus peculiaridades es la variedad de la complexión física de sus jugadores. Pero, sobre todo, que no se hace distinción alguna en cuanto a género. 

Y esto último es posible gracias a la regla del 'máximo cuatro'. "Es un deporte plural y diverso porque sólo puede haber un máximo de cuatro personas por equipo y del mismo género jugando en el campo", comenta el vicepresidente de la Asociación de Quidditch en España. "Es muy inclusivo en temas de igualdad".

Existe un reglamento internacional, creado por la IQA (International Quidditch Association) -con quienes están en constante comunicación-, que unifica las reglas del juego, y que ha sufrido ya hasta nueve modificaciones. "Y las que quedan", comentan desde la Asociación Española. "Es un deporte muy joven, todavía faltan matices".

Fue en 2005 cuando la Universidad estadounidense de Middlebury (Vermont) disputó el primer partido del mundo. Desde entonces se ha expandido por el continente americano hasta convertirse en un referente deportivo universitario. Con los años, ha alcanzado Canadá, Australia y Europa. Reino Unido, donde hay más de cuarenta equipos regristados, va a la cabeza y cuenta con una de las ligas más competitivas.

A España llegó unos siete años después de la mano del equipo Madrid Lynx Quidditch Team, el más antiguo de toda España. Corría el año 2012 e incluso enviaron un email a los alumnos de la Universidad Autónoma de Madrid para darse a conocer entre la gente joven. Un tiempo después, llegaron los Eagles de Barcelona, que enseguida formaron la Asociación Catalana para poder participar en los torneos europeos. La española llegó en 2015 y a día de hoy compiten en copas diferentes, aunque aclaran que no se debe a motivos sociopolíticos.

Todos ellos juegan donde pueden. Por lo general, en espacios abiertos. Pero la Primera Copa de Quidditch de España ha contado con la colaboración y "buena predisposición" del Ayuntamiento de Rivas, que a través de Nexo Educativo cedió los campos de fútbol y el centro cultural La Casa Grande para que los jugadores no residentes en la Comunidad tuvieran un techo donde dormir.   

Y aunque en algunos países aparece como deporte federado, en España se necesitan una serie de requisitos que aún no cumplen. Por eso se agrupan en asociaciones culturales, aunque en Galicia han logrado figurar como una variante del rugby. Por ahora, pasean con orgullo los palos de PVC por la geografía española. Su mayor ilusión es que se les reconozca como lo que son: un deporte de equipo más ligado al rugby que a las historias del joven mago.

¿Cómo se juega?

  • Posiciones

En un campo de fútbol se enfrentan dos equipos de seis jugadores cada uno. Tres de ellos -los cazadores- se encargarán de marcar gol en los aros del contrincante con la pelota a la que se denomina quaffle, que por lo general es un balón de voley deshinchado. Cada gol equivale a diez puntos.

El cometido de los dos golpeadores, en posesión de alguna de las tres bludgers que hay en juego, consiste en neutralizar a los cazadores del equipo contrario de manera temporal. Su juego es muy similar al del balón prisionero. Mientras que el guardián es la persona encargada de cuidar la portería y evitar posibles desmarques. 

  • ¿Y qué pasa con la snitch

En el minuto 17 de partido, sale al campo una persona ajena a ambos equipos que porta la snitch, una pelota de tenis dentro de un calcetín que se cuelga en la parte posterior del pantalón, a la altura de la cintura. Sólo los buscadores -uno por equipo- podrán hacerse con ella a partir del minuto 18. Una vez el buscador atrapa la snitch, que tiene un valor de 30 puntos, el partido finaliza.   

  • Equipamiento

Lo único que se necesita para jugar al Quidditch son los tres aros de diferentes alturas, el palo PVC y las cuatro pelotas: la quaffle y las tres bludgers. Y, por último, una persona que corra por el campo con la snitch (una pelota de tenis) en el interior de un calcetín que se cuelgue en la parte de atrás del pantalón.

  • La regla del máximo 4 y la comunidad LGTB

Con equipos mixtos, el Quidditch siempre ha buscado la diversidad y la inclusión, intentando no hacer distinciones de género. Esto es posible, además, gracias a la regla del máximo 4, que exige que haya un máximo de cuatro personas del mismo género y del mismo equipo jugando en el campo. Con la novena modificación del reglamento, ahora se permite un máximo de cinco contando el buscador.

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