El rey Juan Carlos fue recibido con una gran pitada por el público del Buesa Arena de Vitoria –con capacidad para 15.000 personas– antes de la de Copa del rey de baloncesto que este fin de semana se disputó en la ciudad vasca, y en cuya final se encontraron Barcelona y Valencia con la victoria del primero.

Instantes antes del partido, cuando ambos equipos se disponían a situarse en el centro de la cancha para recibir al rey y escuchar el himno español, los aficionados comenzaron una sonora pitada que no finalizó hasta el inicio del encuentro.

El rey, que presidía el palco de honor desde el que entrega el trofeo al ganador, aguantó el tipo durante casi un minuto ante gritos de "fuera" mientras saludaba amablemente a los asistentes, algunos de los cuáles le recibieron con aplausos. Estuvo acompañado por el ministro de Educación, José Ignacio Wert; el presidente de la ACB, Eduardo Portela; y el lehendakari vasco Iñigo Urkullu.

José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte también fue pitado al descanso cuando entregó el trofeo de campeón de la 'minicopa' al Real Madrid.

La pitada se produce un día después de que la coalición EH Bildu criticara la visita del rey a Vitoria y advirtiera de que no sería bienvenido. "Representa a una institución impuesta, heredera del franquismo, ficticia y que no es representativa de Euskal Herria", aseguraba en un comunicado. "Es el símbolo de la negación de Euskal Herria como pueblo y que el marco constitucional impuesto es el mejor ejemplo de esa constante vulneración de derechos que sufre" este pueblo. "Los vitorianos y visitantes lo demostrarán el domingo", concluía.

No es la primera vez que el rey es recibido con pitos en un evento deportivo. En mayo de 2009, aficionados de Barça y Athletic aprovecharon la final de Copa de fútbol para mostrar su rechazo a la monarquía y al himno español. En su reencuentro en la edición de 2012, con el Príncipe Felipe como representante de la Casa Real, dedicaron otra estruendosa pitada.