La Fiscalía de Menores ha concluido que el paraguazo de un menor que hirió el pasado 20 de noviembre a un linier y que motivó que se suspendiera el partido entre el Granada CF y el Real Mallorca fue un "accidente inesperado", por lo que ha pedido al Juzgado de Menores que archive la causa.

La fiscal María José Crespo considera que, a la vista de las pruebas practicadas, el menor implicado en estos hechos no tuvo intención de lanzar el paraguas contra el árbitro, máxime cuando solo cayó al campo una parte del mismo y se quedó con el mango en la mano.

"Si alguien quiere golpear a otro con dicho instrumento lo hubiera lanzado entero, no existiendo prueba alguna que indique lo contrario", indica la fiscal, que entiende además que la referida acción no se puede atribuir tampoco a la imprudencia, ya que no se puede exigir "una diligencia especial" solo por llevar un paraguas.

Concluye, en definitiva, que lo ocurrido se trató de "un evento imprevisible, un hecho fortuito o un accidente inesperado", que tuvo lugar cuando el menor agitó las manos con el paraguas, al tiempo que señala que "no es habitual" que se rompiera por el mango y saliera despedido en parte.

El menor -que abandonó el estadio "por miedo a las consecuencias"-, añade la fiscal, no podía por tanto prever un resultado "tan desproporcionado" con la acción, que hizo que un juez de línea sufriera lesiones en la cara y que motivó que el partido de fútbol fuera suspendido.

Para pedir el archivo del expediente, la investigación del Ministerio Público se ha basado en el visionado de las imágenes disponibles sobre lo ocurrido, además de en el testimonio del propio menor y de quien le acompañaba.

Precisa además que el equipo técnico que elaboró el informe del menor, a la vista de sus circunstancias sociales, educativa y psicológica, consideró conveniente no imponerle ninguna educativa.