Otylia Jedrzejczak, una nadadora para la que lo importante es participar, ganar... y ayudar

  • Esta nadadora polaca donó un oro olímpico para la lucha contra la leucemia.
  • Ahora, se prepara en Madrid para su participación en los Juegos 2012.
Otylia Jedrzejczak.
Otylia Jedrzejczak.
JORGE PARIS
Otylia Jedrzejczak.

Dicen que una medalla olímpica es lo máximo a lo que aspira un deportista. No siempre literalmente. "La guardo en mi cabeza, en casa solo hubiera sido un objeto más". Habla la nadadora polaca Otylia Jedrzejczak (1983), que logró tres en Atenas 2004. Una presea, su oro en los 200 metros mariposa, la puso en venta tras la cita griega. Y acabó recaudando 87.000 dólares para la unidad de oncología de un centro hospitalario infantil de Woclaw (Polonia).

"Dos meses antes de Atenas leí un libro sobre la leucemia y decidí destinar una medalla a obras de caridad", cuenta Jedrzejczak, plusmarquista, campeona continental y mundial, que se encuentra en Madrid desde el verano preparando los Juegos de Londres, entrenándose a las órdenes de Bart Kizierowski. Y reencontrándose, compitiendo en el Circuito de la Comunidad o en los pasados Nacionales por Autonomías. "Dos años atrás llegué a odiar el agua", admite. Son muchos los caminos para las decepciones. En 2005 sufrió un accidente de coche donde falleció su hermano Szymon. En lo deportivo, malos resultados, con su cénit en Pekín 2008. Y las lesiones. Como esa fractura en un pie tras un accidente en Sierra Nevada. Tres meses sin andar.

Kizierowski (1977), bicampeón continental de los 50 metros libre, pareja de la exnadadora andaluza Ana Belén Palomo, motor desde hace un lustro de un programa de alto rendimiento en el SEK Sierra Oeste para nadadores polacos (motivo que tiene aquí a Konrad Czerniak, subcampeón mundial de los 100 m mariposa) es la razón de que Otylia se ejercite en España tras un año fallido en Estados Unidos. Siente simpatía. En Madrid 2004 ganó un título europeo en los 200 metros mariposa.

Pablo Cimadevila y el oro para Paula

El nadador paralímpico gallego, que en sus primeros Juegos, los de Sídney 2000, logró dos medallas de oro, donó hace un par de semanas la presea que se colgó en los 200 m estilos de aquella cita a la familia de Paula, una niña de 16 meses de Boiro (Pontevedra) que padece agenesia sacra, una extraña malformación en la espina dorsal.

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