"El único problema que hay es Djokovic". "Solo pierdo ante un jugador que es mejor". Son frases que se escucharon nada más acabar la final de Wimbledon entre Nadal y el serbio y que resumen lo que está siendo este año para el de Manacor.

Nadal ha perdido cinco finales consecutivas ante Djokovic, lo que lleva a pensar que algo pasa. Pero ni sus problemas físicos de rodilla y tobillo -que los tiene- ni el juego que ha desarrollado hasta la fecha son la causa de estas derrotas.

A una temporada sin peros de Nadal, solo habría que ponerle uno: Novak Djokovic. El serbio, nuevo número uno del tenis, es la causa de los problemas de Nadal. Ha roto con su hegemonía en el tenis y, de paso, pone fin a la bicefalia (Nadal-Federer) que dominaba la cumbre de la ATP desde hace más de siete años.

Estando al máximo nivel, como reconoce Rafa, solo Djokovic le ha vencido. El serbio ha cambiado su tenis, y esa es la causa de que Nadal ahora caiga cada vez que se enfrenta a él. Ha mejorado físicamente, perdiendo algún kilo de más que tenía y ahora juega dentro de la pista, se lo cree, no como hacía antes, siempre con un juego más conservador. Muestra una madurez, un dominio y una agresividad antes invisible para el rival. Al menos, para el gran rival, ya que aunque siempre había estado rondando los puestos altos de la ATP, el serbio se venía abajo ante los grades jugadores tipo Nadal y Federer.

Tantas victorias han hecho, quizás, que Nadal tenga una cierta obsesión con él. Es comparable a lo que sufría Federer en 2010 precisamente con el de Manacor. Y eso se ha notado en Wimbledon, donde el español ha hecho un torneo para enmarcar... hasta que se cruzó en su camino Novak. Nunca antes había fallado Nadal tantas bolas y tan decisivas. Duda y se muestra nervioso ante lo que tiene delante. Unido a la obsesión que le crea Djokovic, el manacorí intenta siempre forzar sus golpes, solo saliendo airoso de ello en contadas ocasiones.

Ahora le espera un mes de recuperación al mallorquín, que se quiere centrar en desconectar y en descansar. Además, se hará en este tiempo pruebas para sus rodillas y su tobillo, que alguna que otra mala pasada le han jugado debido a sus problemas crónicos. Ha renunciado a la Copa Davis y su intención es reaparecer en el Masters 1000 de Montreal, en agosto.

El de manacor tiene complicado arrebatarle el número uno a Djokovic este año. Es sencillo que el serbio lo mantenga lo que resta de año. Defiende 3.390 puntos, mientras que Rafa hace lo propio con 3.720 puntos.