El calor, el principal enemigo de Rafa Nadal y Carlos Moyá

  • Mucho calor y Kendrick, los rivales de Nadal en su debut australiano.
  • Rafa ya sufrió ante el estadounidense en el pasado Wimbledon.
  • Llega recuperado de su lesión y con muchas ganas.
Nadal golpea la bola durante una sesión de entrenamiento en Melburne. (Reuters)
Nadal golpea la bola durante una sesión de entrenamiento en Melburne. (Reuters)
Reuters
Nadal golpea la bola durante una sesión de entrenamiento en Melburne. (Reuters)

La segunda jornada del Abierto de Australia puso en práctica la regla de calor extremo debido a las altas temperaturas, cercanas a los 40 grados, que se están dando en Melbourne Park.

De esta forma, los partidos previstos para comenzar en las pistas exteriores quedaron aplazados momentáneamente.

La medida ha retrasado los encuentros que disputarán hoy tanto Rafael Nadal contra el estadounidense Robert Kendrick, en la Rod Laver Arena, o el de Carlos Moyá contra el también americano James Blake, en la pista Vodafone. En estos dos recintos existe techo corredizo y podrían disputarse por tanto en cubierta si el juez árbitro así lo decide.

Cae Almagro

El estadounidense Robby Ginepri sentenció al español Nicolás Almagro, 32 favorito, en la primera ronda del Abierto de Australia por 4-6, 6-2, 4-6, 7-5 y 6-3.

En un agotador encuentro en la pista 14, de las últimas del recinto de Melbourne Park, y después de dos horas y 44 minutos bajo una temperatura cercana a los 40 grados, el jugador murciano se despidió del torneo a la primera ocasión, tal y como le sucedió en el 2005 y 2006.

Almagro partía como favorito en un Grand Slam por primera vez en su carrera y había preparado su participación en Melburne disputado los torneos de Doha (cayó en la primera ronda ante Jonas Bjorkman) y Auckland (en la segunda ronda ante Kristof Vliegen)

Ginepri, octavo finalista de este torneo en el 2004, impuso su mejor físico en el último set para batir al español y clasificarse para la segunda ronda.

Mucho calor

Altas temperaturas, cercanas a los 40 grados, y el estadounidense Robert Kendrick, un rival que le causó pesadillas, esperan a Rafa Nadal, segundo favorito, en su regreso al Abierto de Australia tras su ausencia del año pasado debido a una artritis postraumática en su pie izquierdo.

En ésta, superada ya la lesión en el abductor izquierdo que le inquietó en Madrás (India) y que le hizo abandonar en la primera ronda de Sydney por precaución, se dispone a actuar en un torneo que le gusta especialmente, pero en el que no ha pasado de los octavos de final en sus dos participaciones, superado en ambas por Lleyton Hewitt.

Para comenzar, Nadal tendrá que enfrentarse con un rival que le complicó la existencia en exceso en el pasado Wimbledon, también en primera ronda: Robert Kendrick, de 25 años, situado en el puesto 90 del mundo, a quien el zurdo español derrotó en el All England Tennis Club, por 6-7 (4), 3-6, 7-6 (2), 7-5 y 6-4.

El mallorquín llega muy ilusionado

Rafa ha asegurado a su llegada a Melburne que se encuentra al cien por cien de forma, e ilusionado en esta nueva sesión, en la que debe poner en práctica todo el potencial que ha ido asimilando en sus entrenamientos para mejorar el servicio, y ganar en efectividad.

Su tenacidad le ha llevado a disfrutar únicamente de cuatro días de vacaciones, después de jugar contra Federer un partido de exhibición en Seúl a finales del pasado año, mientras que su archirrival se tomó 15 de asueto saboreando su gran temporada en 2006, con 12 títulos.

Una buena oportunidad para recortar la distancia con Federer

Con el récord de 78 semanas seguidas ocupando el puesto de número dos del mundo, y sabiendo que nunca ha perdido en la ronda inicial de un grande, Nadal espera ansioso su debut porque aquí puede acortar en algo la abismal diferencia de puntos que existe entre él y el de Basilea (3.595 puntos).

Pero para eso tiene que derrotar primero a Kendrick, un jugador que nunca ha sido capaz de imponerse a un rival situado entre los 20 mejores del mundo, y esperar a su siguiente rival, que saldrá del duelo entre el alemán Philip Kohlschreiber y el belga Kristof Vliegen.

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