Marina García ha dado un gran susto a la delegación española que se encuentra en Hangzhou (China) para disputar los Mundiales de natación en piscina corta. La nadadora del CN Sabadell se vio obligada a pasar por el hospital, después de que el pasado viernes se tragase un hueso de pollo durante la cena.
La intervención no tuvo mayores dificultades, según ha desvelado Marca, y de hecho ni siquiera necesitó entrada en quirófano, pero es un serio contratiempo porque necesita unos días de recuperación.
El plan previsto para García era participar en las pruebas de 200 estilos y 200 braza, su gran especialidad. Para la primera puede llegar, aunque no lo hará en las mejores condiciones, pero para la segunda (que se disputa el domingo, un día después) sí confía en estar al 100%.
La barcelonesa es una de las grandes bazas del equipo español en el doble hectómetro braza, ya que llega a esta cita en Hangzhou después de rozar la medalla en los últimos europeos de Glasgow en agosto, con un meritorio cuarto puesto y un crono de 2:23.63, apenas unas centésimas fuera del podio. Dos meses antes, en los Juegos Mediterráneos de Tarragona 2018, se colgó la plata en la misma prueba, sólo por detrás de Jessica Vall.
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