Caneira, que se encontraba en Pamplona, donde su equipo debía jugar frente al Osasuna, recibió la noticia de que su hija había sido ingresada en la UCI de un centro hospitalario y regresó hacia la capital valenciana.

Fuentes del Valencia informaron de que el jugador había recibido la noticia de que su hija estaba muy grave en un hospital valenciano poco antes de salir del hotel donde estaban alojados hacia en estadio de El Sadar.

Nada más conocer la noticia, el club puso a disposición del futbolista, que se encontraba muy afectado y tuvo que ser medicado, una avioneta privada para regresar a Valencia lo antes posible, acompañado de varios miembros del club.

Momentos antes del comienzo del partido, previsto para las 17.00 horas, se había planteado la posibilidad de que fuera suspendido ante la gravedad de las noticias que llegaban desde Valencia aunque finalmente se disputó.