El verdadero tridente del Barça no juega arriba. Se asocia, toca y se mueve entre líneas. Vive del rondo constante y del pase en corto.

Xavi Hernández, Andrés Iniesta y Leo Messi son los tres espíritus libres de Pep Guardiola que mueven el esqueleto azulgrana al mismo compás.

Xavi es el cerebro. La masa gris. El catalán sabe lo que va hacer siempre con cinco segundos de antelación. Marca el ritmo del juego a su antojo. "Si él está bien, el Barcelona está bien. Es quien maneja el juego", ha comentado el portero del Real Madrid Iker Casillas del que fue elegido mejor jugador de la Eurocopa de 2008 disputada en Austria y Suiza.

De corte parecido pero con un juego más vertical es Iniesta, el héroe silencioso. No llama la atención, nunca se queja, pero en el campo es una auténtica estrella. El manchego, experto en el arte de la pared, es la excelencia. "Este chico no deja de sorprenderme. Lo ponga donde lo pongo siempre lo hace bien", ha dicho Guardiola.

Y luego está Messi, para muchos, el mejor jugador del mundo. "Lleva el balón siempre pegado y es imposible quitárselo", ha asegurado Raúl González Blanco, capitán del Real Madrid.

El argentino es pura velocidad e improvisación con el balón, que parece cosido a sus pies. "Es lo más parecido a mí que he visto", ha señalado en alguna ocasión Diego Armando Maradona, seleccionador argentino y que está considerado el mejor jugador de todos los tiempos.

En definitiva, tres genios, tres productos de la Masía. Tres locos bajitos que se encargan de poner a funcionar la maquinaria del mejor equipo del mundo.