A falta de una carrera para que se acabe el campeonato de Fórmula 1, las escuderías temen que un error -ya sea humano o mecánico- mande con sus ilusiones al traste.

Por ejemplo, McLaren es la que más tiene que perder. Lewis Hamilton marcha primero en la clasificación y un quinto puesto le serviría para proclamarse campeón del mundo. Pero eso en la escudería inglesa temen un posible problema mecánico, como sería una rotura de motor, siempre una incertidumbre por muy bien que hayas preparado un Gran Premio.

De las palabras de su director ejecutivo de McLaren Martin Whitmarsh se desprende el miedo. "Nuestros motores generalmente han sido muy fiables, pero siempre estás preocupado porque un pequeño desliz puede provocar que el campeonato se vaya a pique".

Y es que, aunque los motores de McLaren son fiables, la experiencia del compañero de equipo de Hamilton, Heikki Kovalainen -dos retiradas consecutivas- hace que los ingleses no se fíen.