El piloto español Marc Márquez, doble campeón del mundo de MotoGP y ganador del Gran Premio de Malasia el pasado fin de semana, no se sacia de ganar y ansía la victoria en la carrera de Valencia, última cita del campeonato, que le permitiría superar el récord de victorias en una sola temporada.

"Queda una carrera todavía, aún puedo mejorar los registros. Aunque será difícil", señaló el joven piloto en un acto promocional en Bangkok después de subir el pasado domingo a lo más alto del cajón por duodécima ocasión en lo que va de año, igualando las mismas carreras que ganó el australiano Mick Doohan en 1997.

El número 93 no dejó de lucir una amplia sonrisa durante todo el acto, a pesar de admitir estar "cansado" tras las duras condiciones climatológicas que los pilotos afrontaron en el circuito de Sepang, en el este de Malasia. "Las motos no son mi trabajo, son mi afición. Estoy en un gran momento de forma", señaló el catalán, quien también agradeció el trabajo de su equipo y el apoyo de su familia.

Recibido con banderolas que le felicitaban por su victoria en el campeonato del mundo, el deportista no paró de firmar autógrafos y sacarse fotografías con los aficionados. Márquez, quien se relaja habitualmente practicando otros deportes como el fútbol, el ciclismo o el tenis, admitió que uno de sus sueños es ponerse al volante de un Fórmula 1.  "Algún día me gustaría pilotar un Fórmula 1. Sólo por unas vueltas. Mi mundo es MotoGP, me gustaría hacerlo por diversión", declaró el vigente campeón del mundo.