Después de la tormenta, la que dejó al Real Madrid sin disputar el partido en Vigo, no llega la calma para el conjunto blanco. Todo lo contrario, le espera un atracón de partidos de la máxima exigencia concentrados en muy pocos días, cinco encuentros durísimos en 16 días del mes de febrero.

Hacía tiempo que el equipo madridista no disfrutaba, en plena competición, de tantos días de descanso. Desde que los blancos jugaron ante la Real Sociedad, el pasado 29 de enero, hasta que juegue ante Osasuna, este sábado 11 de febrero, habrán pasado casi dos semanas. Insólito. La ‘culpa’ de ello la tiene el Celta, primero por haber eliminado a los blancos de la Copa del Rey, y después por los desperfectos de su estadio que impidieron la disputa el pasado domingo del partido liguero.

La ventaja de los de Zidane se ha visto reducida a solo un punto debido a su tropiezo en Sevilla y a los dos partidos que tiene pendientes de disputar, por lo que el margen de error se ha visto reducido. Además, también dan comienzo los octavos de final de la Champions.

El primer compromiso es en un campo hostil para el Real Madrid, El Sadar. Allí el conjunto blanco no es nada querido, lo que hará que el choque no sea nada sencillo pese a la crítica situación de Osasuna, que es colista de la Liga.

Cuatro días después, vuelve la Champions. El Real Madrid se enfrenta al peligroso Nápoles en el Bernabéu en el choque de ida de los octavos de la Champions, en el que los blancos tratarán de obtener un resultado lo más amplio posible de cara a la vuelta.

El siguiente sábado, el 18, llega al coliseo blanco uno de los rivales más en forma de la Liga, un Espanyol que atraviesa su mejor momento de juego y que mira hacia los puestos europeos.

El miércoles 22 se disputa el primero de los dos partidos aplazados que le quedan a los madridistas. El Valencia está en un mal momento, pero la visita a Mestalla siempre es complicada.

Para finalizar el maratón de lo que queda de mes de febrero, el Real Madrid seguirá por tierras valencianas, pues visitará uno de los campos más duros de la Liga, El Madrigal, para enfrentarse al Villarreal.