La suerte se puso de nuestra parte. Los cuartos ya no son barrera para España y las historias de meigas y maldiciones del 22-j son ya historias del pasado, anécdotas que hicieron de España un equipo puramente sufridor.

Pero los milagros pasan. No los ves, no los predices, pero sabes que existen y, durante el partido ante Italia, hubo detalles más propios del misticismo, de esas tardes gloriosas de fútbol en las que todos buscamos a un héroe, a un valiente que sacara al equipo del abismo y del miedo frente al éxito.Así apareció

Nos pasó en en el Mundial del 2002, cuando caímos ante Corea del Sur en la tanda de penaltis un 22 de junio con un error de Joaquín. Nos pasó en la Eurocopa de Inglaterra, en 1996, y también en el Mundial de México 86. La forma, también en los penaltis y en la misma fecha, aunque los que protagonizaron fueron Nadal y Eloy.

Pero el capitán de la selección confiaba en sí mismo, sabía de lo que era capaz y no temía que la historia pusiera los mismos elementos a los españoles. Salvó durante el partido en varias ocasiones, ganó el mano a mano a Buffon en el duelo por el mejor portero del mundo, al margen de la Eurocopa, y dio un recital en los penaltis.

Sus dos paradas, a De Rossi y a Di Natale, dan aire a España, a los españoles y confirman que las supersticiones pasan y sobrepasan, y que, una vez superado el escollo italiano, los rusos son el rival a batir y no la historia.