Los ojos se le humedecen, la voz se entrecorta y la respiración se agita cuando Lucas Biglia recuerda la memoria de su padre, con quien le gustaría compartir todas estas sensaciones mundialistas previas a la semifinal ante Holanda. "Cuando terminó el partido con Bélgica las emociones estuvieron a flor de piel. Sin dudas las ganas de compartir esta alegría con mi viejo era la mayor angustia, porque soñé mucho tiempo con ese momento en mi carrera", enfatizó el actual jugador del Lazio de Italia.

El padre de Lucas Biglia falleció el 12 de julio de 2008 víctima de un ataque cardíaco y la proximidad de un nuevo aniversario generó esta ambigüedad de sentimientos cruzados. "Como grupo fue un desahogo muy particular, porque llegamos a esta Copa del Mundo con la obligación de volver a colocar a la Argentina en una semifinal luego de 24 años", expresó reflexivo y tratando de recuperar su respiración habitual tras la emoción inicial.

"El primer objetivo era estar entre los cuatro y estamos ahí. Pero no nos podemos conformar con eso, porque es una oportunidad única y hay que seguir soñando", dijo al comentar la intimidad de una plantilla que se apresura para estar lista para el duelo ante los holandeses. Al analizar las posibilidades de la selección albiceleste en la semifinal sostuvo: "Representar a la Argentina es una responsabilidad, pero creo que si jugamos como ante Bélgica se nos puede dar y podemos llegar a la final en el Maracaná".

El jugador antes de emprender esta gran ilusión hacia Brasil recibió un poco habitual reconocimiento en su ciudad natal, Mercedes, con toda una ciudad reunida en un teatro para brindarle toda su fuerza y apoyo para este Mundial. Durante este certamen, el exjugador del Anderlecht fue una pieza de auxilio y recambio para el seleccionador Alejandro Sabella, que frente a Bélgica le ratificó su confianza y lo ubicó como titular.

"Me enteré el día del partido por la mañana cuando el técnico dio la charla previa al encuentro. Desde que me sumé a este grupo y a esta ilusión siempre me propuse colaborar desde el lugar donde me tocara", expresó el campeón juvenil con la casaca albiceleste en el Mundial sub-20 de 2005.

"Desde el Mundial pasado que me tocó sufrir viendo a los chicos por la televisión que sueño con poder estar en este lugar. Ojalá que nosotros tengamos un buen día el miércoles y podamos lograr el triunfo. Holanda tiene grandísimos jugadores y será muy difícil", completó el jugador de 28 años, que debutó en la selección mayor el 9 de febrero de 2011, en el triunfo 2-1 ante Portugal.