Kevin Prince Boateng ha sido la gran sorpresa del mercado de fichajes. Su nombre no estaba en las quinielas, ni mucho menos, para reforzar la delantera del Barcelona, pero cuando firme se convertirá en jugador culé hasta final de temporada.

En su haber tiene tantos goles como polémicas. El hermano de Jérome Boateng (que juega por Alemania) aterriza en la Ciudad Condal con un curriculum que ha alegrado tanto a la dirección deportiva del Barcelona (15 partidos disputados y cinco goles esta temporada) como a la hostelería de la capital catalana, especialmente la nocturna.

A sus 31 años, el hasta ahora futbolista del Sassuolo ha jugado en varios equipos, dejando huella en todos. De su época en el Milan se recuerdan sus polémicas lesiones, entre las que destacan la que tuvo por "exceso de sexo". Literalmente, su esposa Melissa Satta aseguró en 2012 que tenían "sexo entre siete y diez veces a la semana", lo que a la postre afectaba a su rendimiento físico e incluso a su salud. No fue su estado físico el que le hizo salir del Milan, sino su indisciplina, como también le ocurrió en el Schalke 04.

Precisamente de la época del conjunto de Gelsenkirchen, en el que militó entre 2013 y 2015, data una de sus fotos más memorables. Tras un partido, le hicieron una foto mientras esperaba para pasar un control antidoping... con un cigarro en la mano y una lata de cerveza a su lado. Aquella foto no sólo le costó a él una fuerte multa económica de su club, sino también el despido de un médico de la Federación alemana por permitir que lo hiciera.

Antes de ser un referente en el Milan, despuntó en la Premier League, en el Tottenham y el Portsmouth. De aquellos días admitió que se gastaba todo lo que tenía en salir de fiesta, comida rápida y bebidas alcoholicas, lo que le generó un ligero sobrepeso y los problemas adyacentes que conlleva.

Su rebeldía y falta de autocontrol no sólo le ha costado contratos millonarios, sino también su presencia en citas internacionales con su selección. Como su hermano Jérome tiene la doble nacionalidad, pero eligió Ghana (el país de sus padres) frente a la Alemania que les acogió. Eso no le hizo esquivar las polémicas y fue expulsado del Mundial de Brasil de 2014 por insultar al seleccionador Kwesi Appiah durante un entrenamiento.

Tras su paso por la UD Las Palmas en la 2016-17, parecía haberse calmado un poco. En una entrevista con Marca admitía que su mala cabeza y las decisiones que tomó se debió porque para él fue "imposible" gestionar la fama. "De un día a otro tienes tanto dinero que puedes comprarlo todo. En dos años me gasté todo mi dinero en coches, relojes, botas, discotecas, restaurantes y amigos que en realidad no lo eran. Para un chico como yo, que ha crecido en un barrio pobre y sin dinero, era peligroso", justificaba el nuevo jugador del Barcelona.