Iker Romero: "Me pongo fino de arroz con pato; me encanta la comida china de aquí"

El jugador de la selección española de balonmano Iker Romero lanza a portería en una foto de archivo.
El jugador de la selección española de balonmano Iker Romero lanza a portería en una foto de archivo.
EFE
El jugador de la selección española de balonmano Iker Romero lanza a portería en una foto de archivo.
"Me pongo fino de arroz con pato y sopas de cebolla. Me encanta la comida china de aquí, nada que ver con la que hay en España o en otros sitios. Como mucho. Y variado", dice sonriendo
Iker Romero, uno de los puntales de la
selección española de balonmano, que debuta mañana en los
JJOO de Pekín contra Croacia, vigentes campeones olímpicos.

Iker y sus compañeros (Demetrio Lozano, Albert Rocas, los hermanos Entrerríos, etc.) tienen enormes ganas de debutar en estos Juegos Olímpicos. "Hay tensión en el equipo, no nervios. Queremos que empiece lo bueno. Estamos preparados después de un mes y medio de preparación y una semana en Pekín", asegura.

"Estamos preparados. Vamos a por todo"
Y lo van a hacer contra
los croatas, favoritos al oro. "Es un hueso, sí. Y una piedra de toque. Si ganamos nos va dar mucha moral y si perdemos no pasa nada. Es solo el inicio y el camino es largo
. Vamos a por todo."

El jugador del Barça, que comparte habitación en Pekín con su inseparable Juanín García, pasa el tiempo en la Villa paseando, en Internet, en las zonas recreativas y en la piscina. Y le gusta mucho jugar a las cartas. "Sobre todo a la pocha, que soy typical spanish".

Romero tiene un secreto, de momento, inconfesable. "Llámame antes de la final y te lo diré". Es la canción con la que se concentra antes de los partidos. Es su tema fetiche. Para los grandes momentos, sean buenos o malos. Sólo anticipa que es su favorita desde Túnez (2005), cuando se proclamaron campeones del mundo. Los chicos del balonmano fueron de los más animados en el desfile de ayer. "Fue increíble. Irrepetible.

Un subidón. Flipante. Lo pasamos en grande. No veíamos nada de las gradas, pero
saludábamos y gritábamos como niños". Pero si vieron bien lo que tenían a su lado, en la pista.
A las grandes estrellas. "Estuvimos con Kobe Bryant y Lebron James hablando y haciéndonos fotos. Una pasada. Muy enrrollaos. Todos menos, Ming, el de la bandera, que era muy tontín".
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