La noche del viernes al sábado, la delegación española en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 vivió una escena nada habitual. El príncipe Felipe, la princesa Letizia y la reina Sofía no pudieron acceder a la zona mixta donde pretendían encontrarse con Nicolás García, quien acababa de ganar la plata en taekwondo.

Ante este suceso, las reacciones no han tardado en llegar. El primero ha sido Alberto Garzón, portavoz de Izquierda Unida en las comisiones de Hacienda, Economía y Presupuestos.

El diputado por Málaga, y hombre estrechamente relacionado con el movimiento 15-M, celebraba esta ausencia de privilegios. "Enorme. Voluntarios de los Juegos Olímpicos impidiendo que los miembros de la Casa Real tengan privilegios", decía en Twitter nada más conocerse la noticia.

"Está bien que les recuerden a sus altezas que no están por encima de la norma, no hay pase no entras. Punto", añadía Tania Sánchez Melero, diputada de IU en la asamblea madrileña.

Hasta dos voluntarios se negaron a permitir que los miembros de la Casa Real accedieran a una zona donde no estaban acreditados. Los tres portaban su correspondiente identificación, pero no un pase para la zona a la que pretendían entrar.

Sus caras lo decían todo, no vale con ser quien eres si la organización se limita a las normas. "¿Qué es el futuro rey de España? Pues no lo sabía, pero no llevan la acreditación necesaria para esta zona, no puedo dejarles pasar", afirmaba el primer 'escollo' de los representantes españoles hacia su objetivo.

La Casa Real, con la que se ha puesto en contacto 20minutos.es, afirma no saber nada sobre el tema, tampoco sobre las acreditaciones necesarias para sus miembros en un evento como Londres 2012.