Un día después de que los Juegos Olímpicos regalaran una final de 100 metros inolvidable, hace unos minutos tuvo lugar otra: 10.000 metros, frente a frente quizás los dos mejores fondistas de la historia, Haile Gebrselassie y Kenenisa Bekele(con permiso de El Guerrouj), e invitados de lujo como Sihine, Masai o Tadesse.

La carrera se convirtió en un mano a mano entre la legión africana: etíopes contra keniatas y eritreos, a ritmo de locomotora y descolgando gente. El español Juan Carlos de la Ossa aguantó hasta que no pudo más a falta de kilómetro y medio, y terminó muy descolgado, decimoctavo con una marca de 27:54.20.

Por delante, Bekele, Sihine, Tadesse y Kogo llegaron a los últimos 400 metros emparejados, hasta que Bekele dio el hachazo. Sólo su amigo Sihine pudo seguirle, pero no por mucho tiempo, pues a falta de 200 metros Kenenisa Bekele ya marchaba sólo camino del oro, asegurándolo con récord olímpico (27:01.17). Detrás llegaron Sihine y Kogo. Muy lejos, en sexta posición, terminó Gebrselassie, que había renunciado a correr su prueba, el maratón, por la contaminación en Pekín.