"Hoy voy a dormir muy tranquilo", señalaba el bilbaíno David Herrero tras la tercera etapa de la Vuelta al País Vasco, con meta en la localidad navarra de Viana. Y no es para menos. Tercero en las dos primeras etapas de la ronda vasca, el ciclista del Karpin-Galicia logró un merecido triunfo redondeado por acabar antes del murciano Luis León Sánchez (Caisse d'Epargne) y, sobre todo, Paolo Bettini (Quick Step), campeón del mundo, en el exigente repecho final.

La jornada más larga de la Vuelta al País Vasco, 195 kilómetros entre Erandio y Viana, fue parecida a la anterior, con lluvia, escapadas, control abusivo del Astaná y llegada masiva. Los protagonistas fueron Morris Possoni (High Road) y Paul Martens (Rabobank), quienes saltaron en el kilómetro 30. Possoni insistió en solitario y fue definitivamente cazado a 21 km de meta.

Ni el alto de Aguilar de Codes, de segunda y a 10 de meta, deparó grandes movimientos. Su revirada bajada, eso sí, fue un espectáculo de trazadas y frenadas. "Parecía que no iba a llegar. En el descenso de Codes ha habido mucha tensión. Parecía una carrera de MotoGP. La bajada ha sido increíble. En la llegada iba pendiente de Betini, pero cuando he visto a Luis León no me lo ha pensado. Sabía que Bettini venía detrás, pero me la tenía que jugar", relató el ganador.

Este jueves, la cuarta etapa de la Vuelta al País Vasco unirá Viana y Vitoria sobre 171 kilómetros y cinco puertos puntuables. Una carrera muy bien controlada por el equipo del líder, que un día más es Alberto Contador. "El equipo ha respondido de una manera impresionante durante toda la etapa y tengo que agradecérselo. Yo únicamente he tenido que estar un poco atento a final, aunque el último puerto se ha subido muy rápido por el ritmo que ha marcado el Gerolsteiner. Queda un día menos y es para estar contento", explicó el ganador del Tour 2007.