A falta de saber de la continuidad del Gipuzkoa Basket en la liga ACB, el club guipuzcoano ha decidido inscribirse en LEB Oro, tal y como ha confirmado el equipo en un comunicado. El próximo jueves a las 12.30 horas explicará la decisión en una rueda de prensa en la Diputación Foral de Guipuzkoa.

"San Sebastián Gipuzkoa Basket ha formalizado su inscripción en la categoría LEB Oro esta mañana, tras el descenso deportivo de la pasada temporada", reza el escrito lanzado por el club.

Esta decisión llega después de que la asamblea general de la ACB invitara, tanto al equipo guipuzcoano como a el Estudiantes a continuar en la ACB, a pesar de su descenso dado que los equipos destinados a ascender no pueden hacerlo. Además, podría dejar a la liga ACB con tan solo 17 participantes para disputar la próxima temporada en vistas a que el equipo madrileño no tendrá problemas en volver a la máxima categoría del baloncesto español.

El club en su nota de prensa oficial indica que está ante un "nuevo escenario que se dibuja para el GBC" y previsiblemente, esta decisión le llevaría a trasladar su pabellón, de Illumbe al Gasca.

De cara a la próxima temporada, el equipo de momento solo contaría con tres jugadores con contrato. Concretamente, los dos bases Pedro Llompart y Andrés Rico, y el pívot Goran Huskic. La continuidad de Porfi Fisac como entrenador del equipo también está en duda.

El GBC afirmó la semana pasada que estaba dando los pasos para cumplir con los requisitos de la ACB, aunque permanecía pendiente de contar con recursos suficientes para poder competir con dignidad en la máxima categoría. Sin embargo, a la hora de construir su proyecto para la próxima temporada, se encontró con que algunas ayudas económicas que ya tenía apalabradas fueron reducidas.

En los últimos cuatro años, el club de San Sebastián ha vivido tres descensos deportivos y, aunque los problemas económicos de otros equipos le habían permitido mantenerse en la ACB, la situación no la han podido solventar este año. Así ocurrió en 2012 y 2014, cuando las renuncias de los clubes de la LEB Oro que tenían derecho a ascender allanaron el camino a los donostiarras para mantener la categoría.