Aunque por la mínima, el Granada CF logró su primera victoria a domicilio, la segunda consecutiva de esta Liga, ante un Alcalá que ocupa la zona noble del grupo cuarto de Segunda B... a la que ahora se acerca la entidad nazarí, asentada en la zona media de la tabla.

No fue un partido brillante en cuanto a juego; el estado del césped tampoco invitaba a excesivos adornos con el balón. Conscientes de la adversidad, el equipo entrenado por Óscar Cano apostó por evitar errores en defensa y mantener la suficiente claridad en el centro del campo de cara a montar contragolpes.

El concepto de Cano salió reforzado con el temprano gol de Gorka Pindado. A los doce minutos de la primera parte, el vasco aprovechó un buen balón pasado por Ocaña al que no pudo llegar el guardameta local Thorices.

Reacción local

Tras el tanto, hundimiento local que no supo aprovechar el Granada. Los rojiblancos, ayer de negro, no aprovecharon su dinámica positiva y, cuando se dieron cuenta, tenían a un Alcalá de Guadaíra crecido que buscaba el empate casi desesperadamente. La defensa granadina tenía problemas, de hecho, para frenar los ataques rivales. Los delanteros nazarís, por su parte, naufragaban una y otra vez en el fuera de juego ante la trabajada sincronía de la defensa local.

Pero el Granada logró defender su marcador hasta el descanso. El paso por los vestuarios le vino bien a los de Cano, que apuntalaron su defensa y vieron que únicamente al contragolpe, ante un campo en esas condiciones, podrían sorprender a un Alcala que no desistía de su lucha por la igualada. Sufrida victoria, cierto, pero tres puntos al fin y al cabo.

El 74 no despega en Segunda

El Granada 74, con 7 puntos, se mantiene con tres de margen sobre los puestos de descenso cuya primera plaza ocupa el Salamanca. Frente al Castellón, el sábado, el equipo que dirige Antonio Tapia sumó su tercer empate consecutivo. Cierto que no hay derrotas, y que el número de goles encajados se ha reducido a tres en estos tres partidos, pero ante el equipo levantino el 74 sufrió un nuevo problema: un gol encajado en la recta final. La suerte fue el gol del empate que Guerra marcó en los úlitmos instantes.