Dos gemelas, dos banderas

Cristina y Marta son hermanas, pero participaron en los Juegos del Mediterráneo, en tiro, con España e Italia
Cristina (izda.) y Marta (dcha.) después de la prueba de tiro.
Cristina (izda.) y Marta (dcha.) después de la prueba de tiro.
E.F.E.
Cristina (izda.) y Marta (dcha.) después de la prueba de tiro.
«Si no lo veo, no lo creo», debió pensar alguno de los asistentes, el pasado lunes, a la entrega de metales de la prueba de tiro en carabina femenino 3 x 20 de 50 metros en los Juegos Mediterráneos de Almería 2005. Mientras en el podio Cristina Antolín recogía su bronce para la selección española, su hermana gemela, Marta, que sólo pudo ser octava en la misma prueba, aplaudía a pie de podio ataviada con la indumentaria del equipo italiano.
 
A pesar de ser de Palencia y gemelas (nacieron el 15 de septiembre de 1973), compiten en estos Juegos bajo una nacionalidad diferente. Cristina representa a España y  Marta, a Italia.
 
Italiana por amor
 
«Mi hermana se enamoró de  un tirador del equipo trans-alpino y se casó. Se fue a vivir a Italia y decidió nacionalizarse», cuenta Cristina de Marta. Hasta entonces, Marta Antolín había logrado con el combinado español 15 campeonatos nacionales y un oro por equipos en la Copa del Mundo de Tiro, que se celebró en Cuba en 1995.
 
Pero el amor lo cambió todo y ahora Marta defiende los colores italianos después de obtener su nacionalidad en 2001. Pese a las competiciones deportivas, Cristina afirma que «no existe ningún tipo de rivalidad entre nosotras. Unas veces le salen mejor las cosas a una y otras veces a la otra».
 
Gana en lo económico
 
En Italia, Marta goza de unas ayudas mucho mayores para practicar el tiro de las que se conceden en nuestro país. A estas palentinas, su afición les viene de familia. «Nuestro padre (Antonio Antolín) fue tirador y seleccionador nacional, y tanto a nuestro hermano como a nosotras nos inculcó desde pequeños esta afición», asegura Cristina, que reside en Valladolid, y añade que «nuestros padres nos apoyan a las dos por igual en las competiciones en las que nos enfrentamos».
 
A Alarza también le disparó Cupido
 
El judoca madrileño David Alarza, vigente campeón de Europa (–90 kg), también vive una historia de amor parecida a la de Marta. Alarza se enamoró de la judoca francesa Sandra Borderieux, y ella, ni corta ni perezosa, se vino a vivir a nuestro país. Posteriormente, adquirió la nacionalidad española. Los comienzos fueron muy duros debido a las lesiones de él y a la difícil adaptación de Sandra a España. Pero la relación no flaqueó y supieron apoyarse mutuamente. Después de tres años, ella se encuentra perfectamente integrada y compite en la modalidad de –78 kg con el combinado español.
 
«Mi hermana se enamoró de un tirador italiano, se casó y se fue a vivir a Italia»
Cristina Antolín Bronce en tiro con carabina
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