El corredor español, triple campeón del mundo, invirtió 5h:18:50 a una media de 42,34 kilómetros por hora.

Por su parte, el belga Tom Boomen, que acabó en segunda posición, mantiene el liderato en la general.

A la quinta fue la vencida después de varios días echando boletos para la victoria y Freire, el triple campeón del mundo de fondo en carretera, por fin respetado por la salud, exhibió su enorme potencial para alzar los brazos por segunda vez en esta carrera, algo lejos de la primera en Sarrebruck (2002).

La escapada de todos los días

"He arriesgado más que otros días y arranqué de lejos. No sabía si llegaría, pero me encuentro bien, sin problemas físicos y lo he conseguido", señaló, eufórico Oscar Freire, quien se dedicó a si mismo la victoria "por los

malos ratos pasados".

Los protagonistas y encargados de romper el sopor en el pelotón fueron el francés Samuel Dumoulin , "le petit Sam", con sus gráciles 1,59 metros y su amigo alemán Bjorn Schroder, ambos de 25 años y éste último debutante, ganador de una etapa en Tour de Baviera, corredor completo, de buen esprint y vital en el trabajo para Zabel.

La cabalgada de este par de valientes que se inició en el km 38, alcanzó casi los 200 kms, todo un mundo, y en tiempo llegaron a disponer de 12 minutos en el km 76, momento en que se acabó la desidia del pelotón en las carreteras norteñas.

Poco a poco fue agonizando la fuga hasta que expiró a falta de 3,5 kms de meta. Y en el "sprint" Freire impuso su fuerza para llevarse un triunfo que le sabe a gloria.