La fórmula resulta

En otro mal partido, el gol de Van Nistelrooy dio el triunfo al Madrid ante un decepcionante Espanyol.
Sergio Ramos y Cannavaro intentan despejar un balón en el área del Espanyol. (EFE)
Sergio Ramos y Cannavaro intentan despejar un balón en el área del Espanyol. (EFE)
Sergio Ramos y Cannavaro intentan despejar un balón en el área del Espanyol. (EFE)
Montjuïc: 32.000 espectadores.

Espanyol Kameni, Zabaleta, Jarque, Torrejón, Chica, Rufete (Pandiani, min 56), Moisés, De la Peña, Moha (Coro, min 75), Luis García y Tamudo

Madrid Casillas, Míchel Salgado, Cannavaro, Sergio Ramos, Roberto Carlos, Emerson, Guti, Robinho (Mejía, min 55) Raúl, Reyes (Diarra, min 70) y Van Nistelrooy (Raúl Bravo, min 85).

Gol 0-1 (min 50): Van Nistelrooy.

Árbitro Pérez Lasa (Colegio Vasco). Expulsó a Cannavaro.

Una fotocopia más. El Real Madrid se ha convertido en un trabajador del gremio futbolístico: llega, ficha y pone todo su esfuerzo para terminar la jornada de una manera rentable, sin reparar en las herramientas que utilice. Y, por el momento, el método Capello da resultado: mal partido, tres puntos más y pegadito a Barcelona y Sevilla

Frente al Madrid se alineó ayer un decepcionante Espanyol. Apuntaban a mucho Tamudo, De la Peña y compañía tras sus últimas actuaciones, pero apenas levantaron la voz.

La primera parte fue plana, buen calmante del insomnio. El Espanyol trataba de imponer su ritmo veloz, pase corto, toque y profundidad; el Real Madrid, el suyo, a verlas venir, y así logró interrumpir cada combinación de su rival. De tirar a puerta, mientras, nada. El primer disparo llegó a tres minutos para el final de la primera parte.

Nada más comenzar la segunda mitad, el conjunto madridista encontró su Dorado. Un buen pase de Guti fue recibido por Van Nistelrooy dentro del área:  girarse y disparar a la red fue todo uno. Objetivo cumplido.

La posterior expulsión de Cannavaro, e injusta, pues el balón le dio en la cara y no en la mano, terminó de hacer retroceder al Real Madrid. Vivió momentos de suspense en los últimos minutos, pero al final el currante regresó a casa satisfecho y con el trabajo bien hecho.

«Un buen encuentro»

Fabio Capello sorprendió a todos con su alineación. Dejó a Diarra en el banquillo y apostó por un doble pivote mixto: Emerson, para destruir, y Guti, como cabeza pensante. Además, tampoco alineó a Ronaldo, que vio todo el partido desde el banquillo. Una vez concluida la contienda, el italiano compareció feliz ante los medios: «Creo que hemos jugado un buen encuentro, muy serio. Era una victoria muy importante».

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