Una sentencia vincula dos trayectorias dispares como las de Frank Lloyd Wright y Nuria Fernández. "La juventud no es más que un estado de ánimo", dijo él, arquitecto estadounidense, un básico del siglo XX. "Me siento nueva, renovada", presume la atleta madrileña, nacida en Suiza hace 32 años, y, desde el sábado, plusmarquista nacional de 1.500 en pista cubierta con un crono de 4:01.77, la décima marca mundial de la historia. Su segundo récord en menos de seis meses: en septiembre batió en Italia el de la Milla.

Y el secreto de esa renovación no es otro que una criatura de nombre Candela. Su punto de inflexión. "Ser madre me ha rejuvenecido, me ha cambiado la mentalidad; ahora no pienso en la competición todo el rato, hasta el punto de agobiarme. Porque este deporte es muy individual: primero eres tú; luego, tú y después, tú. Eres tan individual que resultas egoísta. Y tener un hijo te demuestra que no eres sólo tú. Que hay más", resume Fernández, quien fue Campeona de España en 800 y en 1.500 tanto al aire libre como en pista cubierta. «Pero mi vida necesitaba un cambio".

A Wright, el creador de la Casa de la Cascada de Ohiopile (Pennsylvania), no creía en las estancias aisladas y cerradas. Con su maternidad, Fernández se considera más decidida, más abierta: "Soy más valiente. En el Meeting de Valencia [donde fijó la plusmarca que le arrebató a su gran amiga Marta Domínguez] yo pensaba en ir detrás de las liebres. ¿Y si pinchaba y me pasaban todas? Me han ganado y punto. ¿Y si no pinchaba? Pues podía hacer el récord. A eso me refiero con ser más valiente. Quizá antes, no siempre, por supuesto, actuaba de forma más reservona y luego te quedaba esa cosa de pensar que tenías todavía fuerzas", explica con su espontaneidad.

Este fin de semana llegan los Nacionales en pista cubierta. Fernández correrá en Sevilla el 3.000 m._Pero duda ante su nivel en el 1.500 m.

"Se puede volver a la competición"

Fernández demuestra que ser atleta de élite y madre no es algo incompatible: "Al igual que una lesión te puede tener un año parada, te recuperas y vuelves, tras un embarazo se puede volver perfectamente a la competición, y al mismo nivel o incluso mejor".

Y recuerda el quinto puesto de Natalia Rodríguez, madre reciente, en la final del 1.500 de Pekín. «Antes había como un tabú: que una mujer encinta hiciera deporte; pero es algo fundamental, siempre dentro de un nivel, y beneficioso», asegura.