Las circunstancias en que Cañas llegó al partido dan casi para una película. El jugador argentino, suspendido por dopaje durante dos años y que llegó a figurar entre las diez mejores raquetas del mundo, casi tenía las maletas hechas antes de jugar contra Federer. Había accedido al cuadro principal como un ‘perdedor afortunado’, esto es, por la lesión de un compañero, el belga Xavier Malisse, y nadie daba un euro por él. Quienes lo hicieron se llevaron en algunas casas de apuestas 119 euros por cada uno apostado. Un gran negocio.

Pese a necesitar la ayuda del fisioterapeuta, Federer no buscó excusas delante de los micrófonos. «Tarde o temprano tenía que perder. Fue una derrota justa», declaró el suizo, frustado en la persecución de un nuevo récord: las 47 victorias consecutivas de Guillermo Vilas. Roger Federer se quedó en 41.

Mientras, Cañas era el hombre más feliz del mundo: «Era mi primer Masters Series y haber jugado de la forma que he hecho ante el número uno es algo increíble para mí».

Y ahora, Cañas contra Moyá

La sorprendente victoria de Guillermo Cañas sobre el suizo Federer trastocó los planes del español Carlos Moyá, que ahora se enfrentará a Cañas. Ayer, el tenista mallorquín parecía aliviado por no tener que jugar contra el suizo. «Hay que ser sinceros, y contra Federer tenía pocas posibilidades, aunque lo hubiera dado todo, al igual que ahora con Cañas. Me encuentro bastante bien de forma».