El esquí urbano transforma la ciudad en una pista de esquí

  • Barandillas, bancos, escaleras... Todo es esquiable en esta nueva modalidad urbana del deporte blanco.
  • Gustavo Ballesteros realiza exhibiciones por todo el mundo a sus 23 años.
  • "El esquí urbano sigue la filosofía del skateboard", asegura.
Gustavo Ballesteros realiza un salto contra una pared.
Gustavo Ballesteros realiza un salto contra una pared.
Alex Font / Josep Malo
Gustavo Ballesteros realiza un salto contra una pared.

¿Valentía? ¿locura? Seguramente un poco de todo sea necesario para coger los esquís y lanzarse cuesta abajo por las escaleras de un parque. Es el esquí urbano, la última modalidad extrema del deporte blanco, que utiliza la ciudad como banco de pruebas y que triunfa en países como Canadá o Finlandia.

El madrileño Gustavo Ballesteros (23 años) realiza exhibiciones por todo el mundo y es uno de los grandes especialistas: "Hay que echarle valor porque se trata de buscar siempre el truco más difícil y para conseguirlo debes superar tus miedos, tienes que vencerte constantemente a ti mismo".

Las caídas son frecuentes y acostumbran a ser bastante duras. "Suelo acabar magullado después de cada exhibición, pero luego ceno un par de ibuprofenos y me voy a la cama", bromea Gustavo, que no se arruga ante las dificultades: «La sensación de haber hecho un truco que nadie ha conseguido compensa cualquier dolor".

Barandillas, bancos, vallas... cualquier pieza de mobiliario urbano sirve para montar un buen salto: "El esquí urbano sigue la filosofía del skateboard, un deporte que nació en la ciudad. A veces tenemos algún problema con la Policía, pero no demasiados. En Canadá están bastante acostumbrados. ¡Incluso hemos saltado desde los tejados de las casas! ... Con permiso del propietario, claro".

Pero el esquí urbano es un deporte de riesgo y no se puede practicar a lo loco: "Tienes que haber esquiado mucho, yo empecé con cuatro años, y nunca intentar un salto para el que no estás preparado. Las pistas de baches de las estaciones de esquí son un buen lugar para empezar".

Casi bate el récord del mundo

Gustavo tiene la segunda mejor marca mundial en deslizamiento de barandilla con esquís al recorrer 71 metros en la última competición disputada en el Snowzone de Madrid. Se quedó a solo dos metros de la plusmarca: "Estaba a punto de batirla, ya venían todos a abrazarme, pero me puse nervioso y me pegué un buen trompazo al final".

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