Un espejismo convertido en triunfo

Jugando tan mal como siempre, el Real Madrid batió al Nàstic y sigue enganchado a la Liga.
Robinho y Raúl se felicitan tras el tanto del primero. (EFE)
Robinho y Raúl se felicitan tras el tanto del primero. (EFE)
Robinho y Raúl se felicitan tras el tanto del primero. (EFE)
Santiago Bernabeu: 75.000 espectadores.

R. Madrid Casillas, Salgado, Cannavaro, Helguera, Miguel Torres, Diarra, Guti, Raúl (De la Red, min 88), Higuaín (Marcelo, min79), Cassano (Robinho, min 46) y Van Nistelrooy.

Nàstic Bizzarri, Calvo, Navas, García, Marco, Campano (Merino, min 74), Chabaud, Díaz (Matellán, min 79), Cuéllar, Pinilla (Irurzun, min 60) y Rubén Castro.

Goles 1-0 (min 56): Robinho. 2-0 (min 85): David García (propia puerta).

Árbitro Iturralde González (Colegio Casco). Amonestó a David García, Pinilla, Salgado y Cannavaro. Expulsó a Navas.

Todo había cambiado después del empate en el Camp Nou. Un nuevo Real Madrid dispuesto a ganar jugando bien se presentaba ayer ante el Nàstic: quería dar una alegría a su afición (arengada durante toda la semana para acompañar en la resurrección) y demostrar que ganar la Liga es posible. El viento, además, soplaba a favor desde el principio, pues el rival se quedó con uno menos a los cinco minutos, por una expulsión algo dudosa de Navas.

Pero el espejismo se descubrió al momento y la comunión equipo-grada topó con la realidad, cruda: el Real Madrid no juega a nada, no hay más. Los locales penaron durante toda la primera mitad, mientras que el Nàstic incluso incordiaba a Casillas. La bronca del coliseo cerró ese periodo. Fue Robinho quien animó la sosería a la salida del vestuario, marcando en posible fuera de juego el tanto que aventajaba a los suyos y participando allí donde hubiera peligro. En una de esas jugadas, García cabeceó hacia su red  y el Real Madrid pudo darse un respiro de cara a estas dos semanas sin Liga, convencido de que puede ganarla, aunque sea sin jugar al fútbol, por mucho que luego diga.

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