Tras varios partidos plagados de alternativas y emoción, España y Serbia dilucidan esta noche a partir de las 21.15 h la ansiada medalla de oro del Eurobasket de Polonia.

El torneo no arrancó bien para los de Sergio Scariolo, y, además de la discreta actuación de los nuestros, cabe responsabilizar a Serbia, que desquició al combinado rojo y se apuntó contra pronóstico el primer partido (66-57).

A continuación, y con sólo otro traspié ante Turquía (63-60), la máquina liderada por Pau Gasol fue engrasándose. Las primeras victorias no fueron muy convincentes. Pero, tras los triunfos ante Francia y Grecia, incontestables ambos, se ha desatado la ilusión que parecía en entredicho en la primera mitad de competición.

El combinado nacional suma seis finales en un Europeo de baloncesto, y no ha ganado ninguna. La última, ante Rusia hace dos años, fue una de las más dolorosas, con ese agónico lanzamiento del jugador de los Lakers que escupió el aro, y que hubiera significado la victoria.

Optimismo

Por ello, el grupo se ha mentalizado para cambiar la suerte. Las rencillas entre Marc Gasol y el técnico parecen olvidadas, y ahora España rema en una dirección, que no es otra que devolver a Serbia la bofetada inicial y, por fin, proclamarse campeón de Europa.

El optimismo que se respira es evidente en el plantel de Scariolo. "Estamos más motivados que nunca", celebra Pau. "Defendiendo como ante Grecia nadie nos puede ganar", se jacta Reyes. Carlos Cabezas se contagia de la euforia: "Es la final soñada, y vamos a ella para ganarla".

El éxito, de producirse, elevaría a Pau Gasol al casillero de único jugador que se proclamara campeón de la NBA y del Eurobasket el mismo año, lo que aportaría otra página dorada a la espectacular trayectoria del catalán.