Con una sola medalla (el bronce de Natalia Rodríguez en 1.500), dos finalistas y una cosecha de 11 puntos, España ha cuajado en Daegu su peor actuación en la historia de los campeonatos del mundo de atletismo.

Natalia Rodríguez y Manuel Olmedo (cuarto en 1.500) salvaron el honor del atletismo español, que no estaba acostumbrado a ocupar puestos tan retrasados en el medallero (33) y en la clasificación por puntos (30).

Desde Edmonton 2001, en que España ocupó su puesto más alto en esta clasificación (sexta), el equipo ha ido cayendo: décimo en París 2003, undécimo en Helsinki 2005, decimotercero en Osaka 2007 y decimocuarto en Berlín 2009, pero jamás se había dado un batacazo como el de ahora.

Otro dato que abona la pobre actuación española es que ninguno de sus 44 atletas ha mejorado aquí su marca, ni personal ni de la temporada.