"Quiero llegar en plenitud a esa cita -serán sus terceros Juegos- e intentar despedirme de la alta competición por la puerta grande, si fuera con una medalla, mucho mejor, pero sobre todo con un buen sabor de boca", declaró la nadadora, barcelonesa de nacimiento, aunque leonesa por raíces y sentimiento.

La nadadora todavía no descarta realizar un periodo de preparación fuera de España y, en concreto, se inclinaría por buscar la cuna de las mejores nadadoras en su especialidad, situada en Londres, la gran urbe donde tiene depositado su sueño futuro.

Atrás ha quedado ya el recuerdo amargo de lo ocurrido en Pekín el pasado verano, donde una inoportuna bronquitis con fiebre añadida, condicionó sobremanera sus opciones de haber luchado por una medalla, que ya ha conseguido en Europeos y Mundiales.

"Fue una enorme decepción, porque la enfermedad me hizo perder la concentración, cuando antes de los Juegos me veía con serias opciones de medalla ya que conocía a mis rivales y a muchas las había ganado, por eso nunca olvidaré lo que allí ocurrió", afirmó.

De todas formas, ya piensa en el desquite deportivo y el objetivo está claramente fijado en los Mundiales en piscina larga de Roma el próximo julio donde espera refrendar sus registros, la tercera mejor marca mundial en 1.500 libre y la sexta en 800, sus dos pruebas predilectas, aunque también las compagine con los 400 e incluso los 200.

Villaécija no deja de lado su faceta como estudiante de psicología, que espera le sirva para un futuro profesional ligado a la natación, aunque en la actualidad reconozca que "vive de la natación" gracias a las diferentes ayudas.