Dura vuelta a la rutina

El Espanyol, flamante campeón de Copa, regresó al sufrimiento cayendo goleado ante el Valencia.
Baraja corta en falta la incursión de Moisés durante un lance del choque de ayer.
Baraja corta en falta la incursión de Moisés durante un lance del choque de ayer.
kai fosterling / efe
Baraja corta en falta la incursión de Moisés durante un lance del choque de ayer.
Después de dos días instalados en la felicidad más completa, con la Copa del Rey durmiendo a su lado, el Espanyol chocó ayer de bruces con la realidad que le mantiene haciendo equilibrio al límite del descenso a Segunda.El encargado de despertar al Espanyol fue el Valencia, un equipo con las miras más altas y aspirante al subcampeonato liguero. El equipo de Quique Flores monopolizó el partido, acechando el área perica, creando ocasiones y avisando de un gol que no llegaba. Mientras, el Espanyol continuaba anestesiado y sólo cuando De la Peña entraba en juego, el equipo daba sensación de peligro. Al final, todo quedaría en eso, una sensación, un espejismo sin consecuencias en el área de Cañizares.

El partido aguantó el empate hasta el minuto 39 de la primera mitad, en una polémica jugada de Moisés sobre Villa que González Vázquez juzgó penalti. El delantero ché llevaría instantáneamente el 1-0 al marcador.

La expulsión de Costa y la sentencia del Valencia fue todo uno. En dos minutos, mediada la segunda parte, llegaron el segundo y tercer tanto locales, de Ayala y Mista. Con el encuentro perdido, Lotina optó por reservar a sus mejores jugadores y suspirar por que el equipo despierte en una semana, con la llegada del Betis, otro que se le juega.

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