La final de la Copa del Rey comenzó con un duelo en la grada al sonar el himno de España, cuando hubo silbidos por parte de un amplio sector de la afición del FC Barcelona y cánticos por parte del público del Sevilla.

La polémica sobre la prohibición de las banderas esteladas, que finalmente no fue tal, ha provocado que en el partido haya especial atención tanto a la exhibición de banderas en el campo como a lo que sucedió justo antes del choque al sonar el himno.

En el palco estaban presentes, entre otros, el rey Felipe VI, la reina Letizia y Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, que decidió acudir al anularse la prohibición de lucir esteladas durante el partido, al igual que alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

El estadio Vicente Calderón se dividió entonces entre pitos y aplausos durante la entonación del himno de España , donde ondearon tanto banderas de España entre los aficionados sevillistas como senyeras y esteladas entre los seguidores culés.

Posteriormente, en el minuto 17, la hinchada azulgrana ha comenzado a corear el tradicional grito de 'Independència', que resuena en todos los partidos en el Camp Nou, que la afición rival trató de silenciar con abucheos y gritos de 'Fuera, fuera'.

A pesar de todo, el ambiente en las inmediaciones del coliseo rojiblanco ha sido cordial entre las dos aficiones, y la entrada en el recinto se ha desarrollado con total normalidad y sin aglomeraciones.

En esta ocasión no fue la mayoría del estadio la que expresó su descontento con el himno de España. La temporada pasada la final la disputaron en el Camp Nou el Barcelona y el Athletic y una mayoría de los aficionados presentes en el campo azulgrana silbó el himno.

Un año después volvió a repetirse la misma acción pero con una diferencia: mientras un sector del público del Barcelona silbó el himno, los aficionados del Sevilla lo cantaron mientras sonaba por megafonía a muchos decibelios.

Después, el partido empezó sin problemas y ambos equipos buscan conseguir un doblete esta temporada.