En declaraciones a los medios y al ser preguntada sobre la norma, Salgado recordó que su Departamento ya ha comenzado a colaborar con el Consejo Superior de Deportes y con el de Justicia y desde hace meses se han llevado a cabo actuaciones como la retirada de las farmacias de aquellas soluciones susceptibles de ser utilizados como sustancias dopantes, como es el caso de la hormona del crecimiento.

Además, añadió Salgado, la Agencia del Medicamento y la de Seguridad Alimentaria, ya que algunas de estas sustancias adoptan la forma de productos relacionados con la alimentación, están también en esta lucha.

Coordinar a los ministerios

Esa lucha encontrará en esta futura ley "una expresión de legalidad que permita coordinar mejor las actuaciones de todos los Ministerios", concluyó. Entre las últimas colaboraciones de la Agencia Española del Medicamento en este campo destaca el llevado a cabo hace nueve meses en el marco de la "operación Mamut", que llevó a la Policía a intervenir más de 30 millones de dosis de productos clandestinos, fundamentalmente anabolizantes.

Los anabolizantes intervenidos tenían, según la Agencia del Medicamento, unas nefastas condiciones de fabricación que podrían haber causado graves daños a la salud.

De acuerdo con este organismo adscrito a Sanidad, el consumo de la hormona de crecimiento de forma ilegal y sin control médico puede conllevar el riesgo de padecer alteraciones hormonales, diabetes, afectación cerebral y la posible producción de tumores, así como infarto cerebral o de miocardio.

Esteroides y anabolizantes

Los anabolizantes hormonales son sustancias esteroides, en su mayoría sintéticas, entre las que podemos citar la testosterona, el estanozolol, la metenolona, la oximetolona y la oxandrolona.

En el ámbito sanitario son utilizados siempre bajo supervisión médica, ya que incluso en dosis terapéuticas requieren un estrecho control del paciente.

En competiciones deportivas su empleo está prohibido y su consumo produce resultados positivos en los controles de dopaje.

Su uso incontrolado produce daños que, en función de la persona y del tiempo que los tome, pueden ser graves y, en ocasiones, irreversibles y se asocia a náuseas, vómitos, diarreas, excitación, insomnio, depresión y acné. También provoca trastornos en la erección, inhibición de la producción de espermatozoides que puede llegar a la esterilidad, elevación del colesterol, acumulación de líquidos y un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, incluyendo infarto.

Asimismo, tienen efectos sobre la psique, más comunes en atletas que abusan de estos fármacos y pueden producir en el consumidor una sensación de bienestar y euforia, por lo que tienen cierto potencial de abuso.

Su venta a domicilio, por correo, Internet o por cualquier otra forma de venta indirecta está prohibida.

Las oficinas de farmacia españolas cuentan desde hace más de un año con un listado que les remitió Sanidad con los principales medicamentos que contienen sustancias prohibidas (en el que se incluyen más de 1.000 especialidades farmacéuticas).