Lituania, una selección de magníficos resultados olímpicos desde que apareció como nación independiente en Barcelona'92, descabalgó de las semifinales a los anfitriones de Pekín 2008 y, por quinta edición consecutiva de los Juegos, aspira a colgarse un metal del cuello. Antes deberá eliminar en las semifinales a España.

El base del Panathinaikos griego Sarunas Jasikevicius se tomó el choque como algo personal y guió a los bálticos hasta las semifinales en un pulso a distancia con el pívot de los Rockets de Houston Yao Ming, bastión de la escuadra local, que soportó una presión defensiva incesante y, por momento, lindante con lo ilegal.

Jasikevicius anotó doce puntos en la primera parte (41-30). China compitió hasta la bocina del descanso. Lituania se distanció en los prolegómenos del intermedio, pero hasta entonces había sentido el aliento de los orientales en la nuca, eso sí, con mucha entereza.

El empeño de Yao Ming, acosado por un bosque de brazos y centímentros dentro de la zona europea, no bastó para derrocar a una selección que mantiene un verdadero idilio con la competición olímpica, en la que acumulan tres bronces (Barcelona'92, Atlanta'96 y Sydney 2000) y un cuarto puesto (Atenas 2004) en cuatro participaciones como país independiente.