Una despedida a última hora

El Atlético estuvo a punto de dar un vuelco a su historia más reciente y clasificarse para la UEFA en Pamplona. Siete años después de la última vez que viajaron por Europa, el Atlético se quedó a punto de regresar a una competición continental. Pero la sensación es de que se fue de más a menos. El Atlético comenzó la Liga alimentando la esperanza de su afición de conseguir estar en la Champions, al lograr en las primeras seis jornadas 13 puntos que le auparon hasta el tercer puesto.

La derrota en el partido siguiente en A Coruña (1-0) le situaría séptimo, fuera de los puestos europeos y, desde entonces, inmerso, únicamente, en culminar el regreso más deseado, jugar en Europa.

Lesiones de Maxi y Petrov

La ambición de cotas más altas quedaron finiquitadas con las lesiones de ligamento de rodilla de Maxi (11 de octubre) y Petrov (tres días después). Al Atleti se le apagaron las bandas y se demostró que el técnico, Javier Aguirre, disponía de una plantilla escasa.

A pesar de la crisis desde los 11 metros de Torres –cinco penaltis de nueve intentos hasta febrero–, los colchoneros no se bajaron de los puestos UEFA hasta el penúltimo partido, cuando perdió ante el Celta en casa (2-3).
El futuro incierto del mexicano

Como todos los entrenadores que han pasado por el banquillo desde que el club está en manos de la familia Gil, el vasco Aguirre ha estado en la cuerda floja durante toda la temporada.  Su primer roce con la directiva y la afición fue no poner de titular a Agüero desde el primer partido. Además, las lesiones de Petrov y Maxi han demostrado que la plantilla tenía pocos recursos. El rendimiento de Maniche y Costinha también han generado críticas. Técnicos como Javier Irureta, Joaquín Caparrós o Bernd Schuster ya han sonado para sustituir a un Aguirre sin futuro definido.
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