El nadador catalán, quien ya cubrió los 90 kms entre Tenerife y Gran Canaria en 23 horas, señala "las 14 horas de oscuridad en el mar, las medusas y la presencia de algunos peces de gran tamaño atraídos por la luz" como algunos de los principales obstáculos en la larga travesía por el Mediterráneo.
A pesar de las dificultades del desafío, Meca se siente "el hombre más feliz del mundo" y confiado en lograr una nueva hazaña "en estas fechas tan especiales".
Para llegar con éxito a San Antonio (Ibiza), Meca ha calculado que deberá emplear un millón de brazadas, y para ello los entrenamientos incluyen sesiones natatorias que van de las 6 a las 8 horas. "Me esperan cerca de 36 horas sin dormir ni comer y tendré que estar pendiente de otros factores como la temperatura del agua y las corrientes", dijo.
Mantener la cabeza en su sitio, la clave
El campeón mundial de larga distancia explicó la importancia del aspecto psicológico. "Lo peor es cuando te vienen los pensamientos negativos y te planteas: qué hago yo aquí?, pero hay que saber sufrir, ser valiente y confiar en sí mismo. El 80% es mental y el 20% físico", aseguró.
Meca espera afrontar el reto olímpico en los Juegos de Pekín 2008, donde espera luchar por el oro en larga distancia, nueva modalidad en el programa. Para ello ha llegado a un acuerdo con la Federación Española por el cual el aventurero podrá seguir atendiendo sus desafíos los dos próximos años.
La salida de la travesía península-Baleares, Reto Polaris, tendrá lugar los primeros días de enero en Jávea (Alicante). Meca dispondrá de un crucero guía, una embarcación de seguimiento, con el equipo médico y una embarcación auxiliar de asistencia.
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