Meca afirma que realizó los últimos kilómetros de su reto llorando de rabia

El nadador David Meca, que el jueves completó su reto de recorrer los 110 kilómetros que separan Jávea (Alicante) de San Antonio (Ibiza), aseguró el viernes que lloró de rabia por el agotamiento en el último tramo de su travesía.
Meca, durante la rueda de prensa que ha ofrecido hoy tras completar su hazaña (EFE)
Meca, durante la rueda de prensa que ha ofrecido hoy tras completar su hazaña (EFE)
Meca, durante la rueda de prensa que ha ofrecido hoy tras completar su hazaña (EFE)
El campeón mundial de los 25 kilómetros en aguas abiertas, bastante recuperado tras su hazaña, destacó en rueda de prensa que el que hizo es el recorrido "más bonito, aunque no el más corto", entre la península y Baleares. Tras pasar el jueves todo el día en el hospital de Can Misses de Ibiza, esta mañana Meca abandonó las dependencias sanitarias para comparecer ante los medios de comunicación en el Club Náutico de San Antonio.

Un Meca muy animado, aunque aún convaleciente y débil, narraba con mucho humor como fueron esas 26 horas de travesía que le han convertido en el primer hombre que une a nado la península con Baleares.

El deportista insistió en que la ruta elegida por el equipo "no era la más corta" y afirmó que se hubiera ahorrado algunas horas si hubiera salido desde el cabo de San Antonio en dirección a Alicante, pero recalcó que finalmente el equipo "había elegido la ruta más bonita" y que la llegada al puerto ibicenco fue "impresionante".

Tras tocar tierra, quiso llegar a la bahía

Según explicó, el récord se había conseguido una vez que se tocó uno de los islotes de Ses Bledes, "el lugar al que nos llevaron las corrientes", apuntó, pero tras consultar a su equipo decidió seguir hasta la bahía de San Antonio: "No quería que nadie dijera que se había conseguido sólo a medias".

Además, el nadador recordó que es un asiduo de San Antonio, municipio en el que ha estado de vacaciones en varias ocasiones, razón por la cual tenía especial interés en llegar hasta ese puerto.

Ello a pesar de que, según relató, los kilómetros desde Ses Bledes hasta la isla de Ibiza fueron los más difíciles.

En principio, debería haber realizado este trayecto en una hora y media, pero se demoró cuatro horas debido a que los miembros de su equipo calcularon mal las distancias y las corrientes.

Fueron cuatro horas trágicas. Jamás había llorado en una travesía, pero lo hice, sobre todo de rabia
"Fueron cuatro horas trágicas. Jamás había llorado en una travesía, pero durante ese trayecto lo hice, sobre todo de rabia, porque los brazos ya no me respondían y pensé que no lo conseguíamos", dijo.

En ese último tramo, además, Meca se encontró nuevamente con una gran cantidad de medusas: "La gente no se cree que en invierno hay la misma cantidad de medusas en el mar que en verano", afirmó.

"Pasé un mal momento -prosiguió- porque no podía meter la cabeza en el agua y porque incluso a través de los guantes notaba las pequeñas descargas eléctricas".

La situación no mejoró hasta que llegó al puerto, aseguró el nadador de Sabadell, que agregó: "Fue impresionante encontrar a tanta gente esperando y tantos barcos acompañándome en los últimos metros, todos haciendo sonar las sirenas".

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