Culturismo, el deporte que le declara la guerra a la grasa

  • 18 países compitieron en la 5ª edición del Arnold Classic en Madrid, festival de culturismo y fitness creado por el ex culturista Arnold Schwarzenegger.
  • "Un jugador de baloncesto no va con el balón por la calle nosotros sí que vamos con un cuerpo cargado de músculos" Carlos Asensio, culturista.
  • La dieta, la estricta rutina de entrenamiento, la dificultad a la hora de compaginarlo son algunas de las cosas más complicadas de los que practican el deporte.
Uno de los competidores amateur del Arnold Classic besando su trofeo de primer puesto
Uno de los competidores amateur del Arnold Classic besando su trofeo de primer puesto
Mara Mariño
Uno de los competidores amateur del Arnold Classic besando su trofeo de primer puesto

Un total de 18 países competidores representados en más de 700 kilos de músculo en el escenario. Se encorvan, estiran el pie, suben un brazo y aguantan el tipo tensando todos los músculos de su cuerpo mientras un juez miembro de la Federación Internacional de Culturismo (IFBB) les va pidiendo que cambien la pose.

Posar requiere un gran esfuerzo, como demuestran los ceños fruncidos, las mandíbulas apretadas y las lenguas que sacan.

En este deporte, en el que la base es desarrollar masa muscular sin grasa, "se tiene en cuenta la proporción, la pose, las medidas, la confianza, los huecos entre los músculos...una mezcla de todo"  comenta un miembro del jurado bosnio de la Federación.

Algunos de los esfuerzos que los competidores deben hacer son entrenamientos de dos horas seis días a la semana, seguir una dieta estricta y dejar de beber líquidos la noche de antes de la competición. "Lo peor del culturismo es que dejas pasar muchas cosas con la familia, le dedicas mucho tiempo al deporte" comenta Luis Ricardo Plata, culturista colombiano.

Los problemas de aforo que sufrieron los 50.000 asistentes a la feria en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, son el indicativo de la popularidad no solo del certamen, sino del deporte. "Esta es una de las actividades más populares del mundo" afirma Schwarzenegger en la rueda de prensa después de anunciar que China y Sudáfrica serán los nuevos países que acojan el Arnold Classic. Estas nuevas incorporaciones harán que el campeonato se celebre en seis continentes.

"Me siento un privilegiado por haber podido hacer todo lo que me he propuesto", dice el actor, que tiene muy claro los valores que podemos trasladar del culturismo a nuestra vida: "Cuanto más duro trabajes, mejor te va a ir. Hay que trabajar duro y con disciplina para tener éxito". A sus 68 años no ha dejado de entrenar: "Todos los días hago 45 minutos de ejercicio cardiovascular y 45 minutos de levantamiento de peso".

Un deporte con muchos prejuicios

Apenas unos minutos en el escenario de lo que son años de dedicación al cuerpo. Años de rechazar grasas en comidas apetecibles, horas en el gimnasio levantando cada vez más peso y de ingestión de suplementos y Dios sabe qué más para tener esos cuerpos.

Pesas, cuerdas elásticas, flexiones en el suelo hasta el último momento, todo lo que haga falta para que el músculo salga lo más hinchado posible mientras en el backstage esperan las parejas con sus hijos junto a una mesa de fruta, barritas de muesli y agua ionizada.

Pese a entrar en el backstage sin acreditación ni permiso alguno, se muestran siempre dispuestos a responder de buen grado. "La mayoría son mecánicos o entrenadores, de origen más bien humilde" me señala uno de los de organización de la Federación.

Carlos Asensio, campeón de España y Mr. Olimpia no considera que tenga que realizar un mayor esfuerzo: "Sacrificio sería que me llevaras a un bar a jugar la partida y fumar una faria".

Tiene muy claro que, aún fuera del escenario, el físico les impide pasar desapercibidos, "un jugador de baloncesto no va con el balón por la calle o un piragüista no va con la piragua, nosotros sí que vamos con un cuerpo cargado de músculos, por lo que la gente se permite opinar y de ahí esos prejuicios".

José María Forte, otro de los pesos pesados a nivel nacional y con el record de competiciones a sus espaldas (nada menos que 122) era un estudiante de derecho hasta que las pesas entraron en su vida. "Cuando se habla del culturismo se habla siempre de lo mismo, de anabolizantes, de vigorexia, de trastornos de aceptación de la imagen…no se ve como un deporte".

El culturista no cree que la suya sea una profesión con edad de jubilación: "LLevo compitiendo 28 años y sigo haciendo buenas clasificaciones. Quizás es el trabajo más longevo, porque el trabajo, a la larga, se ve más. Lo más positivo que tiene es un antienvejecimiento total, envejecer con dignidad, con buena apariencia física y lo más importante que a nivel mental te enriquece como persona."

El seleccionador español de la Federación, Rafael Ovejero, coincide con los competidores: "Los prejuicios se deben al desconocimiento, la gente es muy dada a criticar sin conocer el deporte en sí". Respecto al futuro del deporte, parece que está bastante asegurado ya que "en España se han triplicado las licencias en los últimos cinco años y cada año vamos a más" señala el seleccionador.

Fundamental el apoyo del entorno

Antes de competir, esperan alrededor del escenario junto a un cúmulo de toallas empapadas en tinte (para que se noten los músculos bajo los focos), tortitas de arroz, tuppers de pollo y chanclas.

Es un deporte que requiere muchos sacrificios tanto a nivel físico como emocional. Según el ex culturista Arnold Schwarzenegger "no es algo que puedas hacer solo, necesitas gente alrededor que te ayude y te inspire: familia, entrenadores..."

Mientras que los competidores masculinos suben al escenario vestidos únicamente con un calzón, ellas compiten en bikini, tacones de 12 cms, pulseras y pendientes de brillantes, lo que supone un desembolso mucho mayor. Inma Gual, que lleva compitiendo desde hace cinco años opina que "si me pusiera a contar lo que gasto, creo que no lo haría" sentencia Gual. "Un bikini por menos de 400 euros es muy difícil de encontrar".

"Hay que hacer sacrificios. Es estar a dieta sin sentir que estás a dieta, adquirir unos buenos hábitos". También tiene muy claro lo que le aporta su estilo de vida: "Es otra motivación por la que levantarte cada mañana. Lo que mas me gusta es el resultado final, tener un cuerpo en el que te sientes bien y te gustas".

Las parejas de los competidores que no están en el mundo del fitness tienen muy claro que el estilo de vida de sus compañeros condiciona la relación: "Para mi no hay problema, es un orgullo que el sacrificio que hace tenga su recompensa" opina uno. "Requiere mucha dedicación, pero no dificulta nada" señala otro.

En un deporte en el que el sacrificio es el pan de cada día, el apoyo de los familiares, parece ser clave ya que ellos también se sacrifican indirectamente.

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