El Panathinaikos, el mejor equipo europeo

El jugador del Panathinaikos Dimitris Diamantidis lucha por el control del balón con el jugador del CSKA Moscú Trajan Langdon. (Efe)
El jugador del Panathinaikos Dimitris Diamantidis lucha por el control del balón con el jugador del CSKA Moscú Trajan Langdon. (Efe)
EFE/Orestis Panagiotou
El jugador del Panathinaikos Dimitris Diamantidis lucha por el control del balón con el jugador del CSKA Moscú Trajan Langdon. (Efe)

La Euroliga 2007 consagró al Panathinaikos y al serbio Zeljko Obradovic en el olimpo de los campeones europeos, al que la formación griega ya ha subido tres veces bajo la batuta del técnico serbio y éste en media docena de ocasiones, la última, en Atenas, su propia casa, pese al derroche de calidad, juego y deseo del CSKA Moscú ruso, que defendía título y luchó por él con uñas y dientes de principio a fin.

Los griegos desplegaron todo el baloncesto que atesoran, que es mucho y del mejor. La línea exterior formada por Dimitris Diamantidis, Nikos Hatzivretas, el esloveno Sani Becirovic y el serbio Milos Vujanic los acribilló, los torturó con una eficacia demoledora, con un aplomo propio de los grandes campeones. Y así fue como el Panathinaikos levantó su cuarto entorchado

Los tiros libres (5/5) y los rebotes ofensivos permitieron respirar al CSKA en el primer cuarto (18-17), así como la pronta incorporación del griego Theodoros Papalukas, el jugador que garantizaba un campeón local entre comillas a la fervorosa grada del OAKA, magnífica de color y de pasión ante una excelente final y dos equipos fuera de serie.

El genio de Papalukas, delicioso jugador de baloncesto, y la intensidad desbordada del esloveno Matjas Smodis salvaron el trago inicial para los rusos. Pero el segundo cuarto se tiñó de un solo color, el verde. El CSKA remontó un inquietante 16-8 (m.8) y luego sufrió una calvario hasta el descanso.

Los hombres de Obradovic solo fallaron nueve tiros de campo en la primer tiempo (11/15 de dos y 4/7 en triples) y anotaron cada uno de los lanzamientos de personal que intentaron (12/12).

Ahora bien, el CSKA ha demostrado con creces de lo que es capaz en mil y una ocasiones. Le sobró con cuatro minutos y el magisterio de un Papalukas en su salsa para dar la vuelta a una situación que habría resultado letal para muchos. El base supo hasta forzar la falta antideportiva -señalada a Becirovic- que permitió al bloque moscovita voltear el signo del tanteador y regresar a la pelea por el título con un buen tramo de partido por delante (50-51 m.24).

La Euroliga empezó a jugarse de nuevo a partir de ese momento. La final adquirió una tensión impresionante en cada posesión, en cada pase y en cada rebote.

De hecho, la demostración de talento y capacidad para generar baloncesto que desplegó sobre la pista del OAKA casi para los pies al mismísimo Obradovic. Ocurre que el Panathinaikos también dispone de exquisitos baloncestistas. Y ocurre que jugaba en casa y que tampoco perdió los nervios cuando los rusos le adelantaron enganchados al vertiginoso Papalukas (65-55).

Jugó en estado de gracia porque cualquier otro enemigo habría mojado los pantalones bajo semejante presión ambiental y semejante nivel de baloncesto.

En esas coordenadas superó al poderoso equipo de Moscú. De otro forma no lo habría conseguido. Comportarse con la solidez que lo hizo el CSKA en Atenas está al alcance de muy pocos. Por eso el triunfo de los griegos vale más aún.

El cóctel de Obradovic desprendía el inconfundible tintineo de los campeones, lo que no le libró de sufrir hasta la misma bocina (87-85 a falta de 51,3 segundos tras sendos triples del estadounidense Trajan Langdon).

Ficha técnica:

93 - Panathinaikos (18+28+19+28): Diamantidis (15), Becirovic (6), Siskauskas (20), Dikudis (2), Batiste (12) -cinco inicial-, Hatzivretas (10), Alvertis (-), Tomasevic (16), Vujanic (12) Tsartsaris (-) y Delk (-).

91 - CSKA Moscú (17+19+21+34): Holden (11), Torres (9), Langdon (16), Smodis (18), Savrasneko (4) -cinco inicial-, Papalukas (23), Andersen (4), Van der Spiegel (6), Pashutin (-) y Ponkrashov (-).

Árbitros: Mitjana (ESP), Lamonica (ITA) y Belosevic (SRB). Excluyeron por personales a Becirovic (m.40), Torres (m.40), Van der Spiegel (m.40) y Langdon (m.40). Señalaron técnica a Smodis (m.20) y a Diamantidis (m.20), a ambos por protestar.

Incidencias: encuentro correspondiente a la final de la Euroliga 2006-07 disputado en el Pabellón OAKA de Atenas ante unos 18.400 espectadores.

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