La velocista iraquí Dana Abdul-Razzaq ha tenido que luchar mucho para conseguir llegar donde estará este verano: en los JJ OO de Pekín. Su fuerza de voluntad, su talento y su ánimo para luchar contra todos los problemas que se ha ido encontrando por el camino la han convertido en la única atleta femenina de su país que acudirá a esta cita deportiva.

Con solo 21 años, Dana ha tenido que vérselas con la oposición de las instituciones religiosas y culturales de su país, ha tenido que entrenarse con pocos recursos, no ha podido contar con la formación adecuada para llegar al atletismo de élite y hasta ha tenido que esquivar las balas de un francotirador. Todo esto lo ha conseguido gracias a su pasión por este deporte: "Amo correr y soy muy ambiciosa, a pesar de todos los problemas a los que me enfrento", ha dicho la atleta al portal Yahoo del Reino Unido.

El pasado mes de octubre, Dana se estaba entrenando con su técnico, Yousif Abdul-Rahman, y un francotirador abrió fuego cerca de ellos. "Ella tuvo que esquivar las balas como en las películas de acción", ha declarado su entrenador. Ella asegura que, tras este suceso, se desmayó, aunque "empecé a correr de nuevo media hora más tarde". No fue su única experiencia con los tiros ya que una vez, cuando volvía a casa después de entrenarse, unos pistoleros abrieron fuego.

Competirá en 100 y 200 m, por cortesía del COI

En los Juegos Árabes de El Cairo del pasado noviembre, Dana quedó cuarta, haciendo los

Dana competirá en los 100 y 200 m de los JJ OO, un sueño tras ganar más de 12 medallas en competiciones en Arabia y países del oeste asiático: "Estoy muy contenta porque siento que los JJ OO son el fruto a mi duro trabajo", ha dicho. Para ir a entrenarse, Dana tiene que coger dos trenes cada día, seis días a la semana, y cada sesión de entrenamiento le lleva entre tres y cuatro horas, en unas

En los Juegos no contará con las ayudas de otros atletas como nutricionistas, masajistas... aunque ella asegura que "sufro de espasmos musculares cada día y debería haber un médico hacer un programa de nutrición, porque me mareo y no sigo una dieta".

Ir a Pekín ya es un logro

A ella le han ofrecido programas de entrenamiento fuera de Irak, pero los ha rechazado porque su entrenador no podría acompañarla. Sin embargo, ambos tienen la esperanza de poder viajar y entrenar juntos antes de los Juegos.

Su familia le alienta a seguir adelante (su padre era ciclista y su hermano es culturista), pero hay muchos conservadores religiosos en Iraq que piensan que no debe competir: "Hay tradiciones que hacen muy difícil para una niña viajar y correr, porque debe quedarse en casa", dice, "pero yo no estoy haciendo nada mal ni prohibido para los musulmanes".

Sin embargo, ella y su entrenador son realistas: "No puedo decir que ganará una medalla en los Juegos Olímpicos, es difícil, pero al menos estamos desarrollándonos". Para ellos, estar allí y, tal vez batir un récord iraquí, ya es un logro.