El Quijote Arena estalló con el mejor equipo del balonmano europeo

El Ciudad Real se confirmó ante su entregada afición como el mejor equipo de Europa, por primera vez en su historia, después de dar un buen repaso al Portland San Antonio.Salvo los primeros minutos, el equipo navarro estuvo fuera del partido, consciente quizá que era imposible enjugar su desventaja del choque de ida.
Los jugadores del Ciudad Real alzan la copa de Europa tras vencer al Portland en el pabellón Quijote Arena. (EFE/Manuel Ruiz Toribio)
Los jugadores del Ciudad Real alzan la copa de Europa tras vencer al Portland en el pabellón Quijote Arena. (EFE/Manuel Ruiz Toribio)
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Los jugadores del Ciudad Real alzan la copa de Europa tras vencer al Portland en el pabellón Quijote Arena. (EFE/Manuel Ruiz Toribio)
37. BM. Ciudad Real (21+16): Sterbik; Kallman (3), Dzomba (3, 1p), Metlicic (2), Entrerríos (2, 1p), Uríos (7), Rutenka (6, 1p) -siete inicial-, Davis (1), Stefansson (7, 2p), Pajovic (2), Dinart (2), Claus (-), Fis (2) y Hombrados.

28. Portland San Antonio (11+17): Svensson; Balic (1), Martín (3), Rocas (3), Nikolic (1), Jorgensen (2), Juancho (1) -siete inicial-, Lozano (-), Ruesga (4), Boesen (5p), Lubej (2), Carvajal (5), Ortigosa (1) y Kasper.

Marcador cada cinco minutos: 2-2, 6-4, 11-5, 15-6, 18-8,21-11 (descanso); 22-15, 26-17, 28-20, 30-23, 34-26 y 37-28 (final).

Con la vista puesta en dosificar la renta alcanzada en el Universitario de Pamplona, al amparo de esa valiosísima ventaja de seis goles, los nuevos campeones de Europa jugaron al ralentí, sin importarles mucho que el grupo de 'Zupo' Equisoaín mantuviera el equilibrio en el juego y marcador en los primeros compases.

Bastó que el cuadro manchego impusiera su ley defensiva para marcar su territorio.

Con Sterbik otra vez espléndido, como ocurrió en Pamplona, los de Talant Dusjhebaev comenzaron a poner tierra de por medio, sin prisa, sobre todo a partir de que la máquina ofensiva empezara a golpear sin compasión la meta hoy defendida por Svensson.

Con el paso de los minutos se agigantó el dominio manchego, tan seguro de su defensa como poderoso en ataque, en especial su pivote Urios, inconmensurable.

Los de 'Zupo', anulado su cerebro Balic y sin que Albert Rocas pudiera ser tan eficaz como en Pamplona, se entregaron a su suerte.

Dos goles entre los minutos 10 y 20 le condenaron por completo.

Ya no fue capaz de levantar cabeza, porque a Urios se le sumaron Stefansson, brillante, y Rutenka para poner al intermedio un rotundo 21-11. La Copa tenía un único dueño.

En el cuarto final de partido sólo quedaba por saber la diferencia a favor de los de Talant Dujshebaev, quienes ya no necesitaron forzar lo más mínimo para aceptar el intercambio de goles con un Portland rendido, a todas luces inferior y que sólo estuvo metido en el partido los diez primeros minutos.

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